jueves, 3 de octubre de 2019

EL ENCUENTRO DE LA MIRADA ENTRE DOS PERSONAS

"Con múltiple espejo captaba yo aun su mirada cuando su boca estaba cerrada, para que me hablaran sus ojos. Y sus ojos me hablaban, en efecto.”

Friedrich Nietzsche



“La mirada se anuda en las cosas que 
se sorprenden debajo de las piedras.”
Aída Cartagena Portalatín

“El destino me ha condenado con una mirada 
insobornable, una mirada dura, 
pero un corazón frágil.”
Stefan Zweig

Desde hace mucho el lenguaje y los medios de comunicación han sido de interés para el ser humano, esto debido a que por medio de la comunicación se transmite información de una generación a otra, facilitando el aprendizaje a partir de terceros. El estudio del origen de la comunicación, tanto en hombres como en animales se divide en dos aspectos, estos son comunicación sonora y comunicación visual-motora.

Dichos aspectos se han entrelazados y complementado entre sí. Para algunos autores como Albert  Mehrabian, en el diálogo entre dos personas, el mensaje verbal tiene un impacto del 7 por ciento, el 38 por ciento de la información se adquiere por la vía fonológica, mientras que el 55 por ciento restante de la información se abstrae del componente no verbal. En investigaciones similares Meharabian, descubre que en un diálogo cara a cara, la información transmitida vía no verbal es de un 65% de la información total. A partir de lo anterior es ineludible aceptar que el ser humano tiene a su alcance diversas vías para comunicarse con los demás miembros de su especie. Las controversias sobre el origen de la comunicación no verbal en el ser humano no se hacen esperar. Aun así después de varios debates, muchos autores han concluido que “las señales no verbales son de cuatro índoles, innatas, aprendidas, transferidas genéticamente o adquiridas de una u otra manera” (Kristine Peace).


Comportamiento no verbal durante la seducción
Según Peace (1988), la mirada íntima se caracteriza por que recorre los ojos, pasa por el mentón y se dirige hacia otras partes del cuerpo. Según este autor, tanto hombres como mujeres usan esa mirada para demostrar su interés en la otra persona y si está interesada, esta devolverá entonces una mirada del mismo tipo. Así mismo este autor señala, que el éxito de algunas personas en los encuentros con el sexo opuesto, radica en la capacidad de enviar las señales de cortejo y de reconocerlas cuando las reciben. El encuentro de la mirada entre dos personas, se convierte en un mecanismo de manifestación de sentimientos como el hecho de expresar que les agrada estar juntas, que ambas están enojadas, o sexualmente excitadas (Davis, 2002). En el momento de entablar una buena relación con otra persona se debe mirar el 60% y 70% del tiempo compartido con ella, para despertar así una gran simpatía por parte del otro, lo anterior lo propone Peace (1988). En este sentido, Jean Paul Sartre afirmó que una de las características más relevantes de la condición humana se encuentra en el contacto visual, ya que es lo que hace real y directamente consciente la presencia del otro como ser humano con conciencia e intenciones propias. Así, dentro de los estudios del lenguaje corporal, el comportamiento ocular es tal vez la forma más sutil con relación a éste. En esta medida cuando un hombre altera la dirección de su mirada y se encuentra con la de otra persona o no la encuentra, el efecto producido es totalmente desproporcionado al esfuerzo muscular realizado (Davis, 2002). En este mismo contexto Peace (1988), señala que los ojos dan las señales de comunicación más reveladoras a la hora del galanteo, ya que son puntos focales del cuerpo, en donde las pupilas se dilatan o se contraen según la actitud de la persona. Por ejemplo cuando una persona se entusiasma, las pupilas tienden a dilatarse hasta tener cuatro veces el tamaño normal. Así pues, un individuo puede expresar variedad de cosas mediante su comportamiento ocular, tan solo exagerando levemente los patrones habituales. Por ejemplo, si mira mucho hacia otro lado mientras escucha a otra persona, esto indica que no coincide con lo que dicha persona afirma, o si mientras habla vuelve los ojos hacia otro lado más de lo habitual, esto denota que no está seguro de lo que dice o que desea modificarlo, y por el contrario, si mira a la otra persona mientras la escucha, esto indica que está de acuerdo con ella, o simplemente que le presta atención, o si mientras habla mira fijamente a la otra persona, esto demuestra que le interesa saber cómo reacciona su interlocutor a sus afirmaciones y que está muy seguro de lo que dice.

“La mirada es posiblemente la más 
asombrosa técnica humana de 
cortejo: el lenguaje de los ojos.”
Anatomía del amor
Helen Fisher

Los movimientos oculares de cada individuo están influidos por su personalidad, por la situación en que se encuentra, por sus actitudes hacia las personas que lo acompañan y por el grado de importancia que tiene dentro del grupo de la conversación. A medida que va avanzando el coqueteo, las señales son cada vez más obvias, la mirada se intensifica y se vuelven más rápida hacia los ojos de la otra persona, pero también se encuentran indicios menos obvios. Dentro de los elementos más importantes del galanteo, la mirada prolongada está directamente relacionada con el agrado hacia otra persona. Cuando en una conversación, una persona mira más frecuentemente que lo habitual a otra, ésta última lo interpreta como un signo de que su amigo no está simplemente absorto en el tema de conversación, sino que también se interesa por ella como persona. A pesar de que el comportamiento ocular no es la única clave de atracción, ya que también cuentan las expresiones faciales, la proximidad, el contacto físico si existe y lo que se dice, a la mayoría de las personas les agrada mucho mas expresar lo que sienten por medio del cuerpo y especialmente de la mirada.

En relación con esto, los movimientos oculares pueden además de transmitir actitudes y sentimientos, expresar también la personalidad, puesto que algunas personas miran más que otras. Esto se debe a que por naturaleza algunas personas al ser mas afectuosos que otras suelen mirar mucho, o por el contrario las personas que tienen más necesidad de afecto, necesitan así mismo de la mirada, con el deseo de lograr una relación cálida, afectiva e íntima con otras personas, necesidad que todos sentimos en mayor o menor grado. Es por esto que no es considerado una sorpresa el hecho de encontrar personas que necesitadas de afecto o que simplemente se atraigan, tiendan a mirar directamente al rostro y a los ojos. Así mismo, existen otras diferencias más sutiles tanto en los hombres como en las mujeres, ya que aunque los dos miran más cuando alguien les resulta agradable, los hombres intensifican el tiempo de mirada cuando escuchan, mientras que las mujeres lo hacen cuando son ellas las que hablan. Una explicación razonable de estas diferencias reside en el hecho de que desde la infancia se enseña a las niñas y a los niños a controlar de distinta manera sus emociones. Por esta razón, las mujeres por lo general tienden a ser menos inhibidas ante los demás a la hora de expresar sus sentimientos. Al detallar un poco los tabúes que mantienen algunas culturas, se observa como la expresión de “un hombre no llora”, es frecuente entre el lenguaje masculino. La información que se transmite a través de la mirada viene acompaña de una necesidad mayor de saber, en especial, cuando están con alguien que les agrada. Por otra parte la distancia entre un sujeto y otro, es un factor importante para analizar durante galanteo. La proximidad entre las personas fue estudiada con rigurosidad por Edward Hall, quien acuño por primera vez la palabra proxémica.