lunes, 24 de diciembre de 2018

LAS EXCUSAS DEL MAL


“Hay abismos buenos; son aquellos en que se hunde el mal.”

Víctor Hugo

Si el mal es un daño grave, excesivo, malévolo y moralmente inexcusable causado por seres humanos a otros seres humanos, entonces lo que hacen los hacedores del mal es malo, así tal cual. Obviamente, sin embargo, ninguno de los ellos (los hacedores del mal) lo piensa de esa manera. Ellos parecen creer sinceramente que lo que hacen u ordenan que se haga es bueno, no malo. Ninguna persona razonable puede negar que los hacedores del mal ocasionen un daño serio, excesivo y malévolo a otros. Pero eso puede ser disculpado como castigo justo, defensa propia o la prevención de un mal mayor y quizás esta es la creencia que motiva a los hacedores del mal.
De modo  que la pregunta acerca de que si lo que se hizo era bueno o malo se reduce a la cuestión de si era excusable desde el punto de vista moral. ¿Cuál podría ser la excusa entonces para la tortura, la mutilación y el asesinato masivo que llevaran a cabo?


CUANDO NO LEO UN LIBRO


“Un par de libros se asomaban entre los libros usados, afuera de la librería. 
Todos parecían viejos, me detuve frene a ellos.
 Los abrí y leí las primeras hojas, 
 y comprendí de qué carne estaban hechos”




Cuando se trata de un periodista el que escribe. Porque para eso están los periódicos…
O cuando es un libro autobiográfico, pues a nadie le interesa la vida de los otros…
O cuando se cuenta una historia, ya que casi todas han sido contadas y no parece ser esa precisamente la luz de los libros interesantes…

Desde ya cuando no se hacen solo juegos de palabras, para los cuales no hace falta un libro…

Es decir, pienso, el libro vale la pena cuando existe una necesidad. Cuando al escribirlo se siente que no se podría estar haciendo otra cosa, puesto que de eso se trata ahora, el momento de creación, en este momento de vida.

INSOMNIO

“El último refugio del insomne es un sentido de superioridad 
sobre el mundo de los sueños”


Leonard Cohen.




A esta hora de la noche todos duermen
Me asomo a respirar el perfume de las  estrellas
Del olor del cielo
Dejo entrar ese aire de guiños
Que atraviesa lo infinito para dar en mí
A esa hora de la noche donde nadie llama
Donde nadie espera
Me dejo llevar como inconsciente por el silencio
Silencio que emana de los poros
Respiro la soledad, me acaricia
La brisa canta con hojas, ramas y rimas
Siento el cuerpo fundirse en la noche
Porque ahora soy noche
A esta hora nada puede entristecerme o lastimarme
Porque a esta hora descanso de ser hombre.

domingo, 2 de diciembre de 2018

APEGO Y DESARROLLO CEREBRO DE LOS NIÑOS

“Todo ser humano tiene la necesidad básica para su supervivencia 
de establecer y mantener un vínculo afectivo fuerte.”

John Bowlby


Durante los últimos años se ha comprobado que los cuidados maternos moldean el cerebro del bebé, creando conexiones que, para bien o para mal, guiarán la forma en que ese niño o niña se relacionará con los demás, así como la manera en que percibe y se mueve en el mundo que lo rodea.

Los avances de la seudocientíficos en este sentido, confirmar algo que por instinto sabemos desde hace mucho tiempo y es que el amor y los cuidados influyen en el cerebro del niño, por otro lado la falta de estos también inciden y modelan conductas posteriores. Diversas investigaciones avalan que el amor maternal no sólo es fundamental para el buen desarrollo cerebral del niño, sino que también es una inversión para la salud mental del futuro adulto.

Esto no es nuevo ya que en la década de los 50, John Bowlby señaló en su informe para la OMS (Organización Mundial de la Salud) la importancia de los cuidados maternos para la salud mental infantil, y la necesidad de resguardar el vínculo afectivo entre madre e hijo. para esto se basó en investigaciones realizadas tanto por él como por otros profesionales, donde constataba que *los niños con dificultades conductuales o emocionales, e incluso adolescentes que presentaban conductas delictivas*, tenían historias de separaciones tempranas y prolongadas de sus figuras maternas. Estas experiencias tempranas marcadas por la falta de cuidados y/o la pérdida de figuras significativas provocaban en estos niños sentimientos de inseguridad, hostilidad y desconfianza. Por el contrario, niños que tenían experiencias de cuidados amorosos y continuos desarrollaban lo que él llamó “una base segura”, es decir la internalización de sentimientos de seguridad y confianza básica.

Hoy las neurociencias nos muestran que las conductas y dinámicas observadas por Bowlby tienen un correlato a nivel cerebral. Los cuidados maternos moldean el cerebro del bebé, creando conexiones que, para bien o para mal, guiaran la forma en que ese niño/a se relacionará con los demás, así como la manera en que percibe y se mueve por el mundo que lo rodea.
La psiquiatra infantil y perinatal española Ibone Olza, se ha dedicado a investigar el tema y a dar a conocer la necesidad que tiene para el bebé el contacto continuo con el cuerpo de la madre inmediatamente luego del parto y durante sus primeros meses de vida.



Una práctica que a pesar de la evidencia científica que la avala, aún es interferida tanto por los protocolos de hospitales y clínicas, que priorizan exámenes e intervenciones de rutina por sobre el bienestar del niño. Así como por prácticas de crianza que promueven el separar a los bebés de sus madres y ajustarlos a las rutinas del mundo adulto más que a sus necesidades emocionales e incluso físicas.