miércoles, 4 de marzo de 2020

EL MIEDO COMO HERRAMIENTA POLÍTICA

“Habitamos un mundo gobernado por el miedo, 
el miedo manda, el poder come miedo,
¿qué sería del poder sin el miedo? 
Sin el miedo que el propio poder genera para perpetuarse”.
Eduardo Galeano

Quienes instauran el terror no son los débiles, 
no son aquellos que a él se encuentran sometidos
 sino los violentos, quienes, con su poder,
 crean la situación concreta en la que se generan los
 "abandonados de la vida", los desharrapados del mundo. 
Pedagogía del oprimido
Paulo Freire


El miedo es una perturbación angustiosa del ánimo por la percepción del individuo sobre un riesgo o daño real o imaginario, el mismo que tiene un efecto en su conducta y sus sentimientos. Tener miedo resulta algo normal en el ser humano. De hecho, el miedo es la forma más común de organización del cerebro primario de los seres vivos. Se trata de un esquema orgánico de supervivencia, que se encuentra en la mente del individuo. Es una advertencia emocional de que se aproxima algún daño, sea este real o ficticio. De esta forma, el miedo es una emoción que sirve para iniciar el escape y/o evitar los peligros y amenazas, reales o irreales, para asegurar la supervivencia.
Además, el miedo como emoción humana es omnipresente y está muy arraigado entre la gente. Desde la antigüedad, el miedo se ha usado como instrumento de control, dominación y movilización política por parte de las élites y grupos gobernantes.

Primero, fue el miedo a la furia de los dioses.
A la ira de la naturaleza y las pestes por las destrucciones y cataclismos generados.
Después, fue el miedo a las guerras producidas por la disputa de los imperios por territorios y riquezas, ante los efectos devastadores que las confrontaciones bélicas generaban. En tiempos más modernos, bajo regímenes autoritarios y totalitarios, fue el miedo al comunismo, al militarismo y a los gobernantes tiranos, quienes se legitimaban en el poder por el uso de la fuerza y la instauración de una política del terror hacia sus opositores.

Hoy, bajo sistemas democráticos, es el miedo a la criminalidad y la violencia, al narcotráfico, a la debacle económica, a la pobreza, a los radicalismos y al terrorismo, entre otros. Ahora bien, la construcción y el ejercicio del poder político se sustentan, en parte, con base en la movilización de las emociones y sentimientos del ser humano. Ya no se apela a la razón, sino al sentimiento y la emoción de la gente. En este estratagema, el miedo, este verdugo de la creatividad y la libertad social, se ha instituido como un instrumento paradigmático de la política, usado por igual, bajo regímenes tanto autoritarios y totalitarios, como democráticos, ya que el miedo es un instrumento ejemplar de represión, tanto a nivel público como individual.
De esta forma, el miedo se ha constituido como una de las políticas de Estado y como instrumento de control y dominación, generando un pueblo atemorizado, indignado y fastidiado. Ante un mundo con más violencia y mayor criminalidad, aumenta más el miedo de los ciudadanos ante la impotencia y la frustración. Desde la perspectiva psicológica, el miedo es considerado como una de las más antiguas emociones humanas y un factor motivacional, que genera diferentes reacciones psíquicas y conductuales que afectan al sujeto, inhibiéndolo o provocando distintas reacciones.

Marco Tulio Cicerón consideraba que todo mundo se mantiene en un estado de miedo constante y que “el hombre moldea su comportamiento ya sea por la ignominia, la esperanza o por el miedo”. También Jean Paul Sartre señalaba que “el hombre es, a la vez, miedo y angustia”. Finalmente, el ministro de propaganda de Hitler, Joseph Gobbels, solía decir “que muchos tienen un precio y los otros miedo”, entronizando el soborno y el terror como política de persuasión nazi.

Otros autores
El miedo como instrumento de la política, ha sido estudiado por diferentes teóricos del poder. Por ejemplo:
Hobbes consideraba que “la sociedad está fundada sobre el miedo y que sin miedo no habría política”. De hecho, Hobbes consideraba que “la política es una respuesta al miedo”.
Por su parte, Maquiavelo, en el siglo XVI, consideraba que “el miedo es un determinante substancial del comportamiento del ser humano”. De ahí que haya aconsejado que es más importante ser temido que ser amado. La política es un campo en la que el miedo siempre está presente, en sus diferentes manifestaciones, niveles y usos, afectando a diversos grupos e individuos, ya que puede dar lugar a distintas acciones conductuales y/o a diversas formas de acción evitativas.
De acuerdo con Claudia Hilb, en la relación entre miedo y política se pueden encontrar dos corrientes teóricas centrales: la hobbesiana, que entiende la política como una respuesta al miedo y la otra próxima a Montesquieu, en la que el orden es sinónimo de seguridad. Esta autora afirma que el miedo parece ser el principio de acción que da forma al vínculo político de las “democracias reales contemporáneas”; es decir, de acuerdo a su concepción, el miedo genera y muchas veces, condiciona o modela, el comportamiento político de los individuos, por lo que es utilizado como estratagema para alcanzar ciertos propósitos, algunas veces perversos, en las democracias modernas. El miedo parece ser el principio de acción que da forma al vínculo político de las “democracias reales contemporáneas”; es decir, de acuerdo a su concepción, el miedo genera y muchas veces, condiciona o modela, el comportamiento político de los individuos, por lo que es utilizado como estratagema para alcanzar ciertos propósitos, algunas veces perversos, en las democracias modernas.

El miedo como herramienta política
El miedo es un gran movilizador de emociones, generando ciertos efectos en la conducta de los individuos, por eso ha sido utilizado exitosamente durante muchos años por los políticos. Mira y López, señalan que el miedo es un testimonio emocional que genera efectos concretos en la conducta del hombre. Por su parte. El miedo genera lucha o fuga, en donde algunos casos, impera el combate y en otros, prima el escape o la huida. En otras palabras, si el miedo genera efectos e incide en la conducta y comportamiento de la gente, entonces la clase política acude a este artilugio como estrategia para tratar de mantener o alcanzar el poder. De esta forma, el miedo se convierte en la estrategia central para tratar de convencer a las multitudes de que sus adversarios representan ciertos riesgos y pueden generarles distintos daños y perjuicios. Debido a esta influencia, el miedo ha sido una estrategia antiquísima, relativamente eficaz, usada en la política por distintos líderes y partidos de diferente impronta ideológica, ya que lo mismo lo han utilizado los gobiernos tanto de izquierda como de derecha, como partidos liberales, demócratas o republicanos. La usó Margaret Tatcher en la Gran Bretaña, Ronald Reagan en los Estados Unidos de Norteamérica, el PRI en su época de partido hegemónico de Estado y lo utiliza, también Fidel Castro en Cuba u Ollanta Humala en Perú.

El miedo como estrategia electoral
Desde tiempos inmemorables, la creación de miedo entre la población, con fines de control y disuasión, ha sido una estrategia muy común usada en la política. Lo mismo ha sido utilizado en sistemas políticos autoritarios, totalitarios o democráticos. En el pasado, la usaron los romanos, tanto para cohesionar a sus ejércitos ante el peligro de la división interna que los hacía vulnerables o para atemorizar a sus enemigos. Napoleón acudió a la estrategia de simulación de “miedo” para engañar y hacer creer a sus adversarios de su supuesta debilidad militar, lo cual fue utilizado como estrategia de guerra. Después, los usaron los grandes dictadores como Hitler, Mussolini, Stalin y Franco para atemorizar a la población e imponer sus decisiones e intereses. Actualmente, bajo sistemas democráticos modernos, se acude también, al artilugio del miedo para ganar votos y acceder a puestos de elección popular. En el 2004, por ejemplo, George W. Bush lo usó como estrategia central de campaña para ganar la elección presidencial en los Estados Unidos de Norteamérica y reelegirse por cuatros años más. Como instrumento de control, el miedo es una estrategia muy antigua, utilizada no solo por políticos sino también por las diferentes religiones, creando distintos y perniciosos “diablos apocalípticos”, de quienes ellos aseguran dar protección o salvación. De esta forma, han logrado afianzar la religiosidad de millones de individuos.

En América latina
Bajo los regímenes dictatoriales del siglo pasado, se impulsó el miedo como política de Estado, para controlar y embelesar a la población. De esta forma, se realizaron verdaderas campañas de terror para hacer que la población se atemorizará a través de diferentes amenazas y hechos represivos. Su propósito fue influir o determinar la conducta política de las masas mediante amenazas explícitas o implícitas y actos de terror, como las detenciones, las desapariciones y los asesinatos de luchadores sociales. En los últimos años, las estrategias del miedo han sido utilizadas en la región, principalmente por la derecha, para tratar de evitar, muchas veces sin éxito, que la izquierda latinoamericana asuma posiciones de poder público. Bolivia, Venezuela, Perú, Brasil, Nicaragua, Costa Rica, Argentina, Uruguay, Chile y Guatemala son solo algunos ejemplos de naciones donde las estrategias del miedo han sido utilizadas recurrentemente, durante las campañas por los grupos más conservadores.


Bibliografía:
Marco Tulio Cicerón, Catilinarias - Discursos contra Catilina https://www.colihue.com.ar/autores/fichaAutor?authorId=12692

Claudia Hilb - Una lectura de la interpretación straussiana de Mquiavelo, Hobbes, Locke y
Spinoza
https://www.todostuslibros.com/libros/leo-strauss-el-a-de-leer-una-lectura-de-la-interpretacion-straussiana-de-maquiavelo-hobbes-locke-y-spinoza_98-950-557-641-8

Emilio Mira y López - Problemas psicológicos actuales https://www.todostuslibros.com/libros/problemas-psicologicos-actuales_978-84-609-7392-8


1 comentario:

  1. "El miedo"es un trabajo que entrega tanto información , como el punto de vista del autor.
    Después de una necesaria definición, hace un recorrido de cómo esta emoción, desde los orígenes del hombre,ha determinado su quehacer...
    Con una mirada amplia,nos presenta el miedo
    como una emoción básica e indispensable en el desarrollo de la religión y el
    empoderamiento de gobiernos o políticos que han mantenido su posición de privilegio gracias a él ...
    Es un recorrido breve por la historia de la humanidad que no podía terminar en el uso del miedo como parte esencial de campañas políticas ...
    En resumen,un trabajo muy documentado, interesante y de amena lectura.

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