“Mi nombre, en
aquel entonces, era Susan Trinder.
La gente me llamaba Sue.
Sé en qué año nací,
pero durante muchos
años no supe la fecha,
y celebraba mi cumpleaños en
Navidad.
Creo que soy huérfana.
Sé que mi madre ha muerto.
Pero nunca la vi, no
era nadie para mí.”
Falsa identidad
Sarah Waters
“La noche de Navidad es la noche
de las resurrecciones y de los recuerdos.
Los niños, al dormirse en sus cunas,
quedan confiados en el espíritu misterioso
que bajará durante el sueño para llenar de
dulces y juguetes los botines nuevos
que
han dejado a propósito en la chimenea.”
Manuel Gutiérrez Nájera
Después de los evangelios (de la Biblia), el testimonio más antiguo del
nacimiento de Jesús (hacia la mitad del siglo II) es del filósofo Justino,
originario de Flavia Neapolis, actual Nablus, en Palestina: "Al momento
del nacimiento del niño en Belén, José se detuvo en una gruta próxima al
poblado, porque no había donde alojarse en aquel lugar, y, mientras se
encontraban allí, María dio a luz a Cristo y lo puso en un pesebre, donde los
magos venidos de Arabia lo encontraron". En particular, la mención de la
gruta como habitación de fortuna, viene reconocida como un eco de la viva
tradición local.
“No hay soledad inexpugnable.
Todos
los caminos llevan al mismo
punto: a la comunicación de lo
que somos. Y es
preciso atravesar
la soledad y la aspereza, la incomunicación
y el silencio
para llegar al recinto
mágico en que podemos danzar
torpemente y cantar con
melancolía;
más en esa danza o en esa canción
están consumados los más antiguos
ritos
de la conciencia de ser hombres y de
creer en un destino común.”
Pablo Neruda
El término Navidad es la contracción
del vocablo latino ”navitas” que significa "nacimiento"que se aplicó
solamente a la liturgia cristiana, es Cristo el que nace. A partir de este
concepto, surge un símbolo muy arraigado y complejo en su estructura, la que no
es sólo un recuerdo de un suceso histórico. Constantemente la Liturgia
Cristiana subraya que el hecho del nacimiento de Jesucristo está ordenado a la
Redención, a la Pascua, a la Parusía. Según la terminología de los antiguos, la
Navidad es una memoria (misterio), cuyo centro es la muerte y resurrección de
Jesucristo, siempre presente y operante, como alma de toda celebración
litúrgica. Alrededor de la Liturgia de Navidad se ha formado, en el decurso de
los siglos, una serie de costumbres que han contribuido a crear un ambiente
festivo en la intimidad de las familias y en las calles de aldeas y ciudades.
Lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo el aspecto
exterior, sino su significado interior; se debe conocer por qué y para qué se
llevan a cabo para así poder vivirlas intensamente. Se recrean: el arbolito, el
pesebre, los regalos, las comidas típicas, la decoración en general, y los
niños esperan con ansiedad la llegada de “Santa” y los Reyes Magos, cuyo origen
se remonta a las antiguas costumbres y ritos que pueden determinarse dentro de
un marco histórico. Hoy se considera a estas fiestas como las de mayor
trascendencia en todo el mundo; su celebración abarca desde el 25 de diciembre
al 6 de enero, con distintas conmemoraciones, algunas trasformadas al
cristianismo: la Noche Buena, la Navidad, el Día de los Santos Inocentes, la
Noche Vieja, el Año Nuevo y el Día de Reyes (Epifanía).
“Era imposible no ser feliz,
en un
lugar donde cada mañana e
ra Navidad y cada noche, Nochebuena.
Donde llorar iba
en contra de
la ley y los niños volaban como ángeles. “
Joe Hill
NOCHE DE NAVIDAD
(la magia está en creer)
Hoy el mundo se llena de ausencias y
en cada vacío hay un nombre. Hay personas que hace tiempo no están, y luces que
se apagaron de golpe a raíz del tiempo. Pero nosotros estamos y estamos
hoy en cada mesa y necesitamos gritar nuestra presencia. Gritar que
amamos, que recordamos, y que vivimos a pesar de todo, que hay dolores que sucumben
el alma misma, pero también existen sonrisas que sobreviven, miradas que aun
pueden brillar, y gestos, que sobrepasan todo y nos indican que una risa
derrumba cualquier silencio.
Hay sillas vacías, mesas incompletas y ausencias en el alma, pero las estrellas aún brillan, los niños todavía cantan, todavía juegan, entonces levanto la mirada a pesar de mis lágrimas y veo otras almas que también lo hacen. Pienso tal vez no haya felicidad eterna, tal vez no se cumplan los anhelos que nacieron en cada silencio, pero aún somos, aún crecen nuestras alas y, si no, nuestros pies pueden elevarnos aunque sea un poquito, porque hay que demostrar, que a pesar de todo, jamás dejamos de soñar.
Cuando adolescente para una Navidad
soñé con los Reyes Magos, pero en este sueño eran muchos y no tres, iban en
caravana rumbo a Belén. Uno a uno pasaron frente a mí pero los últimos giraron
sus caras para mirarme. Los reconocí espontáneamente y dentro de lo ilógico de
la visión, las miradas me resultaron muy familiares. Mientras los primeros tres
Reyes Magos se alejaban en su rumbo, los otros descendieron de sus camellos y
caminaron hacia mí haciéndome sentir un profundo calor de amor. Un beso en la
mejilla selló el momento y ahí sentado en el suelo quedé solo nuevamente
viéndolos alejarse. Al otro día en la mañana al mirar por la ventana vi muchos
niños felices jugando con sus padres y sus juguetes, cerré la cortina feliz
también porque en mi sueño real, en mi conciencia de hombre infantil, la
Navidad me había regalado miradas de amor tibio que estaban perdidas en mi
memoria.
FELIZ NAVIDAD 2019!.
La magia está en creer.
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