¿Quién podría afirmar que una eternidad
de dicha puede compensar un instante
de dolor humano?
La Peste
Albert Camus
Tal vez la dicha sea, entre otras cosas cotidiana y hermosamente simple;
la salida del colegio,
caminar bajo el sol,
sentir el viento en el pelo,
tomar de la mano a algún ser amado
o evocar en el olvido el pasado anhelado como si del olvido regresara,
la primavera en el aire,
un parque
y la alegría por las personas que se ama,
esconderse detrás de una puerta para esperar la sonrisa de un nieto...
¿Qué más podría ser?
Si esto se trata del alma humana.
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