“Su cerebro se encontraba en perfecto estado.
Seguro que el mundo tenía la culpa
de que no fuera capaz de sentir."
La señora Dalloway
Virginia Woolf
“Tu cerebro puede seguir aprendiendo
y cambiando todos los días de tu vida.
Eso se conoce como neuroplasticidad,
y la buena noticia es que es el único órgano
del cuerpo que no se gasta con el uso.”
Estanislao Bachrach
Mediante nuestros pensamientos e ideas vamos construyendo un sistema de redes de conexiones neuronales en nuestro cerebro, las cuales no son estáticas ni inamovibles, por el contrario, el cerebro es plástico, y tal como se crean nuevas conexiones, otras se van debilitando y desapareciendo a medida que dejamos de usarlas. La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para reorganizar la actividad neuronal o un reajuste en su funcionalidad. Esto es debido a conexiones neuronales que responden a factores ambientales, por estimulaciones sensoriales o consecuencias en el desarrollo normal. Estas capacidades que presenta el cerebro se ven más favorecidas en edad temprana, ya que presentan una mejor absorción de información y de regeneración en las neuronas por medio de una respuesta rápida de la sinapsis. También este proceso es el que realiza cambios estructurales y funcionales adaptados en nuestro cerebro después de sufrir una lesión cerebral traumática. Estos cambios pueden ser beneficiosos, neutros o negativos. El cerebro tiene la capacidad de reorganizar vías, nuevas conexiones y también crear neuronas, todo esto se debe a la neuroplasticidad.
Existen diversos mecanismos de neuroplasticidad y estos dependen del proceso que los origine, el lugar donde se desarrollan, el mecanismo por el cual se producen, entre otra diversidad de factores.
Cuida lo que piensas y lo que dices
Para generar un cambio hay que cambiar el pensamiento a través del lenguaje, tomando conciencia de ¿Cómo piensas? Y ¿Por qué piensas lo que piensas? Tus pensamientos crean desde que despiertas un diálogo contigo mismo. Eres tu propio entrenador, tu propio juez, a veces tu propio agresor y tú más grande saboteador, ¿Cómo escapas de ti mismo? ¡No se puede! Por eso la importancia de ser o convertirte en la persona que más te ama, que te entrega protección, contención y te trata con respeto.
Pensamientos negativos
Cuando tengas un pensamiento negativo, pon un freno, un límite y deja de alimentar ese circuito neuronal con palabras dañinas. Cuestiona ese pensamiento y coloca en su lugar algún otro que sea más amable y respetuoso contigo mismo, con tus anhelos, deseos, circunstancias y necesidades.
Repítete a ti mismo ¡Eh silencio! Yo si puedo, voy a estar bien, voy a estar tranquilo, voy a lograr mis objetivos y metas, voy a aprender. Cambia el pensamiento y verás cómo cambia la percepción de la vida. Pruébalo y constata que así es.
Siempre recuerda que el cerebro es plástico.
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