jueves, 28 de enero de 2021

OÍDO Y MÚSICA

 


“Si no fuera físico, probablemente sería músico. A menudo pienso en música. 
Vivo mis sueños en música. Veo mi vida en términos musicales. 
No puedo decir si habría podido hacer alguna pieza creativa de importancia en la música, 
pero sí sé que lo que más alegría me da en la vida es mi violín”. 

Albert Einstein


Las características más importantes del sonido son:

Altura
Intensidad
Duración
Timbre

Sólo algunas de las frecuencias o alturas existentes se han identificado con un nombre de nota; las intermedias no se tienen en cuenta al construir las escalas musicales y los instrumentos temperados. La altura del sonido es uno de los aspectos más importantes y complejos a la hora de adiestrar el oído musical, debido a que es la única característica que se debe recordar con toda exactitud, a diferencia de las demás, que se especifican de forma aproximada. La sensación de altura está dada principalmente por la frecuencia del estímulo acústico. También la intensidad influye sobre la sensación de altura. Los sonidos de frecuencias bajas tienden a percibirse más graves cuando la intensidad es mayor, los de frecuencias altas cuando aumenta la intensidad tienden a percibirse más agudos, mientras que los de frecuencias medias, se mantienen estables.

La altura de las notas viene regulada por la referencia al Diapasón, que fija la frecuencia de la nota y que ha variado a través de los siglos. En 1859 la Academia de Ciencias de París lo fijó en 435 vibraciones por segundo o ciclos. Esta afinación fue adoptada por la Conferencia Internacional reunida en Viena, el 1885. En 1939, en el Congreso Internacional de Londres, se acordó fijar la altura en 440 vibraciones. Este acuerdo se ratificó en 1955 y 1975. Actualmente se tiende a la afinación de 442 o 445 ciclos. La música antigua se suele interpretar a 415, es decir casi un semitono más bajo.

Se sabe que las ondas sonoras afectan al cuerpo de diferentes maneras dependiendo de sus frecuencias; es decir que el cuerpo funciona como un resonador por simpatía. Las vibraciones de baja frecuencia afectan al cuerpo y la función vestibular; los sonidos que no se pueden oír, se pueden sentir. Las vibraciones de frecuencias medias son las del lenguaje y la comunicación, mientras que las vibraciones de alta frecuencia energizan y afectan las operaciones mentales y psicológicas.

M. Louise Aucher presentó el siguiente cuadro de correspondencias vibratorias:
Piernas (plano estático y rítmico) vibran desde 65,20 a 130,5 ciclos por segundo.
Abdomen (plano vegetativo y sexual) vibra desde 130,5 a 261 ciclos por segundo.
Tórax (plano afectivo respiratorio) vibra entre 261 a 522 ciclos por segundo.
Cabeza (plano cerebral y nervioso) vibra desde 522 a 1044 ciclos por segundo.


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