lunes, 4 de julio de 2022
EXPERIENCIA
PARTÍCULAS 2
PARTÍCULAS 1
sábado, 25 de junio de 2022
EL SÍNDROME STEPHEN CANDIE
Estos son:
Síndrome de doña Florinda
Síndrome de Stephen Candie
De estos tres síndromes el peor es el de Stephen Candie que es el tratado en este texto.
EL SÍNDROME STEPHEN CANDIE
En 2012 se estrenó la película Django sin cadenas, escrita y dirigida por Quentin Tarantino. Es una violenta película sobre la esclavitud que ganó dos Oscar de la Academia. El actor Samuel L. Jackson interpreta a Stephen, el mayordomo negro del amo blanco Mr. Calvin J. Candie interpretado por Leonardo DiCaprio. Un mayordomo negro que no sólo odia a la gente de su raza, sino que se cree blanco, rubio y de ojos azules. Stephen no tiene apellido, pero está convencido de pertenecer a la famila Candie, y como al amo blanco le conviene, deja que Stephen se crea un Candie.
En tiempos donde los esclavos no podían andar a caballo, hay una escena en la película donde Stephen se enfurece al ver llegar a un hombre negro montado a caballo. Y se enfurece más que sus amos blancos.
¿Usted los conoce? ¿Los ha visto cuando el patrón aparece en escena y con un trotecito servil, corren a saludar a su eminencia? Y lo secundan sonriendo por la fábrica, la empresa, el campo, el edificio en construcción, y son felices si el patrón amaneció contento ese día. Tan felices que si los Stephen tuvieran cola, la agitarían como un perro. Traidores a la clase trabajadora, son ellos, los Stephen los que denuncian y despiden a los obreros que se quieren sindicalizar.
Son ellos, los que controlan hasta los minutos que tardan las obreras en ir al baño a orinar.
Son ellos los que piden trabajadores más baratos y fáciles de humillar y explotar.
¿Usted conoce a los Stephen Candie?
Son los que vuelven a casa y a la hora de cenar, con una sonrisa llena de satisfacción, como si fuera lo mejor que les pasó en el día, suspiran y dicen: "Andaba muy contento mi patrón hoy".
viernes, 24 de junio de 2022
BAÚL DE LETRAS - Parte 2
“Una mirada desde la alcantarilla puede ser una visión del mundo.”
Alejandra Pizarnik
miércoles, 8 de junio de 2022
BAÚL DE LETRAS - Parte 1
jueves, 31 de marzo de 2022
SOBRE EL VACÍO
Heme aquí, de pie en el trapecio, en mis venas
ENIGMA DE LA VIDA EMOCIONAL
CYBER-CEREBRO
Stella Díaz Varín
Una sola será mi lucha
Y mi triunfo;
Encontrar la palabra escondida
aquella vez de nuestro pacto secreto
a pocos días de terminar la infancia.
Debes recordar
dónde la guardaste.
Debiste pronunciarla siquiera una vez...
Ya la habría encontrado
Pero tienes razón ese era el pacto.
Mira cómo está mi casa, desarmada.
Hoja por hoja mi casa, de pies a cabeza.
Y mi huerto, forado permanente
Y mis libros cómo mi huerto,
Hojeado hasta el deshilache
Sin dar con la palabra.
Se termina la búsqueda y el tiempo.
Vencida y condenada
Por no hallar la palabra que escondiste.
LA SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS
escribimos poesía porque es bonita.
Leemos y escribimos poesía porque
pertenecemos a la raza humana;
y la raza humana está llena de pasión.
La medicina, el derecho, el comercio,
la ingeniería… son carreras nobles y
necesarias para dignificar la vida humana.
Pero la poesía, la belleza, el romanticismo,
martes, 22 de marzo de 2022
REQUIEM
“Era al crepúsculo. A la hora de las luces opacas, cuando las figuras adquieren contornos difusos, de lo que no son, y el álamo es un monstruo sombrío, y el sauce una vieja curcuncha, y en el agua de los charcos se ocultan objetos de plata. Era el crepúsculo”
ARRIBISMO
El arribismo es la conducta tradicional de la
persona arribista. Un individuo arribista, en tanto, es alguien carente de
escrúpulos que pretende prosperar o ascender de manera rápida, privilegiando el
fin antes que los medios. El arribista busca pertenecer de forma inmediata a
otro ámbito o círculo social, al que considera mejor o superior en comparación
con el propio. Además reniega de quienes lo acompañaban o estaban en su misma
posición.
MÚSICA POLÍTICA
Las
obras musicales no son automáticamente revolucionarias ni por su título o
texto, ni por el expreso deseo del compositor, sino que necesitan demostrar en
su logro estético, en su proyección histórica que están forzando códigos y
abriendo caminos, tal cual lo han intentado las situaciones o personalidades a
las que se homenajea. De lo contrario la música, unida a las imposiciones de
los modelos de su pasado histórico, a menudo serán vencidas.
NIETZSCHE Y SU MÚSICA
Nietzsche era un apasionado de la música, de hecho el título completo de su primera obra es "El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música" (Cosa importante porque usualmente se olvida la segunda parte).
El primer Nietzsche que escribió dicho libro (siguiendo a Hegel) consideraba a la música como la forma de arte superior porque se trata de un estilo dionisiaco puramente abstracto que se abstrae del simbolismo del lenguaje para producir belleza, de modo que ningún lenguaje puede llegar a simbolizar lo que es la música, que habla directamente al núcleo de lo que Nietzsche llamó el “Uno primordial”.
Filosofía de Hegel
La pretensión más general de su filosofía
Dionisíaco
Propio de la naturaleza atribuida al
"Con el lenguaje es imposible alcanzar de modo exhaustivo el simbolismo universal de la música" (aseguraba Nietzsche), precisamente porque esta se refiere de manera simbólica a la contradicción primordial y al dolor primordial existentes en el corazón de lo "Uno primordial", y, por tanto, simboliza una esfera que está por encima y antes de toda apariencia. Comparada con ella, toda apariencia es sólo símbolo; por ello el lenguaje, en cuanto órgano y símbolo de las apariencias, nunca ni en ningún lugar puede extraverter la interioridad más honda de la música, sino que, tan pronto como se lanza a imitar a esta, queda siempre únicamente en un contacto externo con ella. Nietzsche decía: "que la música era un hechizo. Una bruja que pervierte y absorbe. Y que no tenía nada que ver su procedencia con las musas ni las sirenas, como decían otros filósofos". La música, decía Nietzsche, es trágica y melancólica. Y estaba seguro de que nunca había conocido un filósofo que en esencia hubiera sido un músico. Nietzsche se proclamaba a sí mismo como una excepción. Así que le escribió a su amigo y confesor Peter Gast: "La vida sin la música es sencillamente un error, una fatiga, un exilio".
Era el año 1877, en septiembre. Nietzsche tenía sólo 33 años y le faltaban 23 para morir. 140 años después, el pianista holandés Jeroen van Veen acaba de entregar el intento más serio por difundir las composiciones del filósofo en un disco llamado "Nietzsche Piano Music". Nietzsche era un apasionado de la composición musical.
Nietzsche recibió una educación musical bastante completa: tocaba el piano e improvisaba con bastante calidad, y a los diez años compuso su primera sonatina. Sin embargo, esta formación musical no fue suficiente para hacer de él un verdadero compositor y él mismo se autodefinía como un aficionado. Aún así, buscó con ahínco el reconocimiento de algunos profesionales y encajó bastante mal las críticas (algunas de ellas, realmente crueles). A lo largo de su vida, escribió un considerable número de obras, aunque es cierto que algunas de ellas quedaron inconclusas. Éstas son, en su mayor parte y de forma sorprendente, piezas de carácter religioso que muestran más su admiración por los compositores clásicos que un verdadero sentimiento religioso por parte de su autor. Entre ellas, hay un Miserere a cinco voces, un Oratorio de Navidad y una Misa para solista, coros y orquesta.
Su catálogo de obras, incluyendo las inconclusas, las anotaciones y los apuntes, es bastante amplia. En 1976, la editorial Bärenreiter-Verlag publicó, bajo la supervisión de Curt Paul Janz, uno de los principales biógrafos del filósofo, la recopilación de todas esas piezas y es bastante voluminosa. Entre todas, destacan particularmente sus lieder y sus obras para piano, varias de ellas a cuatro manos. Claramente, las formas breves y reducidas en su instrumentación eran las más adecuadas a su escritura. Hay que ser capaz de encontrar magia en lo simbólico y efímero como la música.
jueves, 3 de marzo de 2022
LECTURA EN SILENCIO
La evolución de la palabra lectura proviene del vocablo latín lectura que a su vez deriva del verbo leer (que significa leer), del mismo modo la lectura es la interpretación que se hace de un texto, la lectura en sí es un proceso de naturaleza intelectual donde intervienen funciones sensoriales psíquicas y cerebrales, las que se conjugan para realizar la decodificación, comprensión e interpretación de un conjunto de signos o de un lenguaje que podrían ser visuales o gráficos como letras y programas, signos táctiles como el sistema braille o sonoro como el código Morse.
Pero ¿Cómo surgió este proceso? Según el neurocientífico francés Stanislas Dehaene los primeros humanos que inventaron la escritura y de paso el cálculo, pudieron hacerlo gracias a lo que él denomina reciclado neuronal es decir, que nuestra capacidad para reconocer palabras escritas usa evolutivamente hablando el antiguo sistema de circuitos especializado en el reconocimiento de los objetos, es más que probable que el cerebro lector hubiese explorado senderos neuronales más antiguos diseñados en su origen, no sólo para la visión sino para relacionar está con las funciones lingüística y conceptual, por ejemplo para relacionar el reconocimiento inmediato de una huella con la deducción que indica peligro. Cuando nuestro cerebro se enfrentó a la tarea de leer escribir y calcular, tuvimos a nuestra disposición tres ingeniosos principios de diseño, la capacidad para establecer nuevas conexiones entre estructuras preexistentes, la capacidad para crear áreas especializadas exquisitamente precisas de reconocimiento de patrones de información y la habilidad de aprender a recoger y relacionar la información. Todas las comunidades humanas han realizado un esfuerzo continuo y sistemático para comunicar y codificar, a hacer transmisibles los asuntos y eventos que dan cuenta tanto de la vida cotidiana como de la necesidad vital de descubrir y comprender sus orígenes, de conocer las historias, sagas, leyendas y luchas por su supervivencia. Tal esfuerzo de comunicación y codificación es la base de la más grande producción Cultural: la escritura y su ineludible acompañante la lectura.
Existen evidencias escritas que permiten asegurar que los antiguos griegos practicaban la lectura silenciosa y que en época de la guerra del Peloponeso (es decir entre 431 y el 404 antes de Cristo) ya era algo familiar esta práctica para los públicos que asistían a ver a los poetas dramáticos. Hasta los siglos 2 y 3 después de Cristo leer un libro era leer un rollo, la práctica resultaba incómoda por las proporciones y disposición del papiro y los atriles. Luego los rollos de papiro fueron reemplazados por los códices (Libro manuscrito que tiene importancia histórica o literaria, en especial cuando es anterior a la invención de la imprenta) Que eran más manejables con las hojas unidas entre ellas como en los libros modernos. El lector del Medioevo heredó de la antigüedad un conjunto de conocimientos gramaticales que servían de gran ayuda al lector, facilitando el análisis del texto estando la lectura muy ligada a la religión, la lectura ejercida por unos pocos se desarrollaba en dos escenarios; las bibliotecas de abadías y las catedrales por un lado y, universidades por el otro.
En el siglo 15 el invento de Gutenberg permitió el aumento del material escrito y su circulación a una velocidad sorprendente, este avance tecnológico simplificó la producción de libros convirtiéndolos en objetos relativamente fáciles de confeccionar y más accesibles a una parte considerable de la población. La lectura se convirtió en una actividad de muchas personas en el siglo 18 gracias a la revolución industrial, la introducción de prensas para imprimir utilizando vapor así como los nuevos molinos de papel funcionando también a vapor hicieron bajar notablemente los precios de los libros, a la vez que aumentaban su tiraje.
Como ya señalamos, no es posible referirse a la lectura omitiendo a su correlato inseparable, la escritura, y sin considerar la estrecha unidad de ambas con la lengua hablada. Pero todos sabemos que estar íntimamente unidos no significa compartir la misma historia. A diferencia del habla; la escritura y la lectura no descansan en ningún soporte biológico y no provienen de ninguna facultad propia de la especie. Por definición, cada ser humano es un hablante -debido a su arsenal genético-, pero nadie es por naturaleza un lector y un escritor. La escritura y la lectura son adquisiciones históricas relativamente recientes cuyo desarrollo incluye todas las peripecias de las obras humanas. No son, pues, actos innatos sino sociales, y en consecuencia están sometidos a la apropiación individual y colectiva, con su inevitable dosis de pasión, amor y violencia.
¿Qué es leer? En este sentido técnico restringido, la lectura es un acto de reconocimiento cuyo fin es asociar una serie de elementos gráficos convencionales con una serie de rasgos fonéticos que poseen valor lingüístico en la cadena del habla. Así, asociamos los siguientes signos gráficos Padre, con los signos fonéticos /P/a/d/r/e/, que a su vez constituyen la parte significante de un signo con valor lingüístico Padre, el cual denota un ser querido (Por supuesto, esta no es la única manera en que los seres humanos intercambian mensajes a través de gráficos).
La lectura ha contribuido al aislamiento individual, porque a diferencia de las culturas orales, en las cuales la comunicación pasa de la boca al oído a través de la presencia obligada del narrador, la existencia de textos permite el alejamiento entre el emisor y el receptor del mensaje. El texto transmite y conserva, sin distorsión, la experiencia íntima o colectiva de uno al otro sin ponerlos necesariamente frente a frente. Es el escrito y no el escritor el que está presente, de manera que, en la lectura, el receptor enfrenta únicamente la escritura de un ausente. Tal separación es aceptada y prevista por ambos: por el autor, que debe confiar al texto la transmisión de todo el contenido del mensaje, sin ningún auxilio adicional; por el lector, que, asumiendo esa ausencia, concede sin embargo al texto la misma credibilidad que otorgaría si estas palabras fueran efectivamente pronunciadas por el otro. La lectura es el punto de encuentro entre un lector y los signos escritos por un ausente. Y aunque es una posibilidad inherente al texto, esta concepción acaba por arraigarse de tal modo que resulta difícil imaginar la lectura como otra cosa que un acto solitario y silencioso. Pero no siempre ha sido así. En la historia intelectual de Occidente la lectura en silencio ha sido "inventada", es decir, requerida por ciertas necesidades intelectuales y convertida en práctica cotidiana, aunque circunscrita a un pequeño número de individuos: primero, en torno al siglo IV- A.C. y, después, alrededor del siglo XV. ¿Cómo ha surgido esta experiencia en el individuo y qué modificaciones ha provocado en la "tecnología intelectual del yo"? En una cultura dominantemente oral la lectura en silencio debe ser considerada una innovación extraña porque carece, en principio, de función social. En un medio en que el valor fundamental de la comunicación recae en la palabra sonora, en el prestigio del narrador y en la voz anónima y colectiva que se actualiza, la lectura en silencio no tiene razón de ser. Frente al alto valor emocional de la narración viva y al compromiso psicológico que ésta suscita en el oyente, la lectura solitaria y silenciosa aparece como un acto que, incluso para ser concebido, requiere de condiciones especiales. Es por eso que al irrumpir en una cultura oral, la escritura y la lectura no son percibidas de manera independiente a la voz del lector y no logran aún representar a un autor a la vez distante y mudo. Se lee, pues, en voz alta para otros o para sí mismo. La escritura está sin duda presente como una serie de signos visuales, pero su función primordial es movilizar al sonido que completa al texto mediante la secuencia sonora aportada por la voz del lector. El contenido del mensaje sólo se actualiza en la ejecución en voz alta del lector. De ahí resulta que si el complemento sonoro es indispensable al texto, la lectura en silencio es una anomalía, un hecho antinatural. Leer en silencio es ir a contracorriente, puesto que socialmente se espera que la lectura otorgue cuerpo audible a la palabra congelada en el escrito.
Durante largo tiempo el comportamiento de la voz existió por razones técnicas. Los griegos clásicos se servían de la escritura continua, es decir, sin intervalos entre palabras, lo que hacía prácticamente indispensable la lectura en voz alta. En escritura continua el ojo encuentra dificultades evidentes para reconocer las palabras y requiere del oído, sentido mucho mejor entrenado para reconocer la forma lingüística de la frase. El sentido del mensaje puede ser percibido de manera más eficaz a través del sonido. El texto es un compuesto de signos gráficos, pero para ser actualizado requiere de la voz que lo materializa en el plano sonoro; mientras tanto, juega más bien el papel de guía para la voz del lector, para la voz lectora.
viernes, 18 de febrero de 2022
CONDUCTA COLECTIVA
Gustave Le Bon (1841), quien se dedicó al estudio del campo de la psicología social, advierte sobre la existencia de un alma colectiva que hace posible la formación de la masa, Bon definió la “masa” como una agrupación humana con rasgos de pérdida de control racional, mayor sugestionabilidad, contagio emocional, imitación, sentimiento de omnipotencia y anonimato para el individuo. Así mismo definió el concepto de “alma de masa” como un espíritu colectivo. Para Le Bond, el alma colectiva se forma cuando los sentimientos y pensamientos de los individuos se dirigen a un mismo fin, es decir que piensan igual, tan igual que se desindividualizan llegando a rozar lo irracional. Le Bon se hizo particularmente famoso por las publicaciones de su libro “Psicología de las Masas” donde plantea que los seres humanos desarrollan en colectivo comportamientos que jamás se desarrollarían individualmente, dicho en otras palabras, los grupos tienen una influencia determinante sobre los individuos, el Yo se pierde en el “nosotros”. Las razones serían que el ser humano percibe a la masa como un poder invencible, lo hace dejar de sentirse responsable porque en ella (en la masa) es una figura anónima. Las masas contagian su manera de sentir y de actuar a quienes las conforman, eso se da de manera inconsciente y permite que la masa con seguridad sea manipulada por un líder. La masa sugestiona, hipnotiza al individuo, formar parte de una masa lleva a experimentar sentimientos de omnipotencia. En la masa, lo irreal predomina sobre lo real, es compacta y no se rompe por diferencias internas, la masa se percibe como un mecanismo de supervivencia mientras dura, no pertenecer a ella es visto como un grave peligro. La parte fundamental de la masa es el anonimato, haciendo que las personas lo perciban como un poder invencible, dejando de sentirse responsable por sus actos porque en ella es una figura anónima.
¿Qué pasaría si a una persona de la masa se le identifica con nombre y apellido, o más aún; edad, dirección, número teléfono, etc. Este anonimato se terminaría haciendo que cualquiera de los próximos actos tenga repercusiones en su vida, e incluso con su familia o vida personal. ¿Qué pasaría si se hace eso con el líder o la cabeza de la masa? una vez que las personas pierden el anonimato regresan a lo racional, posiblemente dejen la masa y aquellas otras personas que seguían a ese individuo (al líder) sigan sus pasos porque ya no estará la influencia de aquel líder, de esta forma no encuentran a quien seguir y ya no será tan significativo luchar por esa causa, llegando a extinguirse la masa.
Entre las principales características de las conductas colectivas se puede decir que suelen suceder de forma espontánea y estar provocadas por un suceso imprevisto.
En consecuencia este tipo de conductas son de difícil predicción.
Son poco frecuentes comparadas con el total de las conductas sociales existentes.
En las conductas colectivas las normas habituales del comportamiento social no funcionan.
No todas las conductas colectivas tienen un carácter dramático.
En general, la interacción que se produce en las conductas colectivas tiene un carácter limitado y temporal.
Algunas veces la conducta colectiva está limitada a reacciones grupales de carácter altamente emocional.
Algunos postulados de Le Bon
Su planteamiento básico era que los seres humanos desarrollan en colectivo comportamientos que jamás desarrollarían individualmente. O sea, los grupos tienen una influencia determinante sobre los individuos. Señala que las principales razones por las cuales el “Yo” se pierde en el “nosotros” son las siguientes:
Deja de sentirse responsable porque en ella es una figura anónima.
Las masas contagian su manera de sentir y actuar a quienes las conforman.
Eso se da de manera inconsciente y permite que la masa sea manipulada por un líder.
La masa sugestiona e hipnotiza al individuo.
Formar parte de una masa lleva a experimentar sentimientos de omnipotencia.
En la masa lo irreal predomina sobre lo real.
Es compacta y no se rompe por diferencias internas.
La masa se percibe como un mecanismo de supervivencia.
No pertenecer a la masa es visto como un grave peligro.
domingo, 16 de enero de 2022
FASCISMO
paseo, voy pensando en qué vendrá.
Pero se destruye cuando llego a su estómago
y planteo con un verso una verdad.”
Sueño con serpientes
El término
“fascista” proviene de “fasce”, que significa “haz” o “manojo” y hace
referencia a un antiguo símbolo etrusco y luego romano de un haz de varas con
un hacha que significaba la fuerza del gobernante, todos unidos bajo la misma
autoridad. Mussolini le llamó a sus grupos armados “fasci”. Luego Hitler adoptó
la visión fascista y le agregó un fuerte ingrediente de racismo, los malos ya
no eran sólo los comunistas, sino todo aquel que no perteneciera a la supuesta “raza
aria”, culpando sobre todo a los judíos, pero también ensañándose con los gitanos,
homosexuales, enfermos mentales, incluso los epilépticos. Había nacido el
nazismo. Aunque “nazismo” es abreviatura de “nacional socialismo”, no tiene
nada de socialista, Hitler se dedicó a destruir cooperativas y sindicatos
negando de plano la lucha de clases. Durante la guerra el estado no sólo no
expropió medios de producción, sino que favoreció a las grandes empresas capitalistas
siempre que no fueran propiedad de judíos y acataran las instrucciones del
Reich.
¿Qué es exactamente el fascismo? El filósofo Umberto Eco dice que no es una ideología del todo coherente, toma formas diferentes en diferentes lugares, pero tiene algunas características comunes. Surge de la frustración, una crisis económica o un fracaso político hace sentir a una clase social que ha perdido privilegios y tiene miedo de que otro grupo social pueda quitárselos.
El miedo a la diversidad, se busca la unidad y el consenso cultivando el miedo a lo diferente.El primer llamado de un movimiento fascista es contra quienes se considera “ajenos” o “intrusos”.
Se crea una identidad a partir de este miedo.
Lo que une al grupo es el haber nacido en el mismo lugar o el pertenecer a un grupo étnico que se define en oposición a un enemigo donde el enemigo se describe como decadente o débil y a veces como poderoso y aterrorizante, según convenga.
El elitismo, la idea de que el pueblo propio es el mejor del mundo y de que los líderes lo mejor de la sociedad y lo han demostrado llegando a su posición por la fuerza. Por lo tanto, todos los subordinados son despreciados por débiles.
El culto a la tradición, el fascismo se alimenta de la idea de que en el pasado las cosas eran mejores y que hay que retornar a esa antigua grandeza.
El irracionalismo, el fascismo desconfía de la reflexión profunda y de la crítica, por lo tanto es preferible actuar antes que pensar. Por eso la cultura y la ciencia son sospechosas. Goebbels decía “Cuando oigo la palabra cultura, echo mano a la pistola”.
Se vive para luchar. Los fascistas ven a los pacifistas como débiles e ingenuos.
La vida es una guerra constante que sólo podrá terminar cuando se extermine a los enemigos. Esto es una contradicción porque una vez que derrote a su enemigo llegaría la paz, lo que contradice el principio de guerra permanente.
Machismo, este culto a la guerra da origen a un desprecio por las mujeres y una condena a la diversidad sexual.
Se cultiva un gusto por las armas como símbolo.
Es abiertamente antidemocrático, en una democracia los individuos tienen opiniones diferentes, que se expresan mediante el debate abierto y mecanismos como las elecciones. En el fascismo “el pueblo” se considera como una masa uniforme con una sola opinión y se supone que el líder, en su inigualable sabiduría, es quien interpreta esa opinión.
Las opiniones diferentes son silenciadas, en última instancia, el fascismo no es tanto un conjunto de ideas articuladas, más bien moviliza pasiones y emociones, sobre todo el miedo a lo diferente y el orgullo por lo propio.
Los argumentos que se dan para justificar sus acciones no suelen ser más que pretextos para obtener y mantener el poder y el control. En la actualidad esta visión del mundo está tan desprestigiada que prácticamente ningún dirigente se identifica a sí mismo como fascista. Sin embargo, cuando un dirigente silencia a la prensa y a las protestas, califica a los inmigrantes como amenazas, desprecia a los débiles, condena a la diversidad sexual y presume de sus proezas y de su hombría, hay razones para sospechar de sus tendencias fascistas.