lunes, 30 de julio de 2018

OLVIDO




Para no hundirme en las profundidades y en las tinieblas de la desmemoria retomé el concepto de lo aprendido. Pero ya era tarde, no recordaba, tomé un libro con mis típicos subrayados, leí nuevamente como si fuera la primera vez y descubrí por enésima primera vez a los lotófagos, aquel pueblo que vivía en una isla donde fueron a parar Ulises y sus amigos y cuyo principal atractivo era comer el fruto del loto y entrar así en el mar del olvido. 

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