lunes, 9 de septiembre de 2019

PADRE QUE NO ESTÁS

“Mi padre nunca había estado tan cerca de mí 
como en los momentos en que creí haberlo perdido.”

Osvaldo Soriano


“Mi padre, un indio de ojos amarillos,
provenía del lugar donde se juntan cien ríos,
olía a bosque y nunca miraba al cielo de frente, 
porque se había criado bajo la cúpula 
de los árboles y la luz le parecía indecente... "

Eva Luna
Isabel Allende



“Llegará un momento en que, a base de tropezar, 
dejarás de ser hijo para poder ser padre.
Y no sólo de una chica risueña como Aroha.
Aprenderás a ser padre de tus actos y 
de sus consecuencias, es decir, de tu destino. "

El cuaderno de aroha
Francesc Miralles


“Diga a mi padre que quiero regresar a casa... 
Y dígale también que quiero ser su hijo.”

El Padrino
Mario Puzo


“Nada vuelve a estar del todo bien 
cuando un padre muere ¿verdad? 
No importa lo bien que vayan las cosas, 
siempre da la impresión de que algo no está del todo bien... "

Los que nos salvaron
Jenna Blum


El recuerdo se convierte en un obsesivo estampado sobre la tela que representa el nexo entre la vida de una persona y lo que queda de él tras su muerte. Su cuerpo rescatado de la morgue fue vestido y depositado sin delicadeza sobre el paño de seda (o así parecía al menos el que traía la base del ataúd). Antes de esto ya me pareció que su cadáver había sido metido de algún modo en un espacio rectangular especialmente diseñado y construido para muertos. 

Recuerdo haber ido seguido a visitar la lápida, lo único que podía ver. Primero fui con flores, después me conformaba con solo ir y mirar su nombre escrito por un artesano quien lo subrayó con el típico Q.E.P.D. Al pasar los años ya no hubo flores ni tiempo disponible para visitas. Hace poco volví a ir, fui a visitar su tumba y no encontré a nadie, una tumba árida y seca, y yo con poco tiempo para regalar (tal vez para pagar una culpa que ni yo estaba dispuesto a aceptar). Una vez ahí y frente a la lápida busqué el romanticismo en mi mente o lo que estuviese en el lugar destinado para ello, aun ahí solo encontré vacío. No había recuerdos. No había imágenes. No había dolor ni arrepentimiento. 
Pensaba que lo peor de la visita era toparme con los desechos de los vínculos de esa vida que  de cualquier forma ya no estaba. Algo cómo si nunca hubiese tenido un padre vivo.
La contemplación se limitó a bloques de concreto que estaban perfectamente ordenados.
En la lápida de mi padre vi un número inscrito, el número H3421, fue el número que le asignaron en el Registro Civil de fallecidos.

Ese día abandoné el cementerio como lo hice anteriormente en mis visitas, zigzagueando dentro de una densa e infranqueable nube de humo la figura de mi padre. Ese número resonaba en mi cabeza y siguió resonando igual. Hoy mi padre es un número y yo sin culpa no he vuelto a ir.


1 comentario:

  1. Un descarnado relato de cómo la muerte nos arrebata todo: imágenes,recuerdos e,incluso," los
    desechos de los vínculos"... ¡ Lo
    perdemos todo!
    Como si ese ser, tan determinante en nuestras vidas,jamás hubiese estado para uno ...
    Quizás para convencernos de este tránsito tan traumático ,del paso de la vida a la muerte, es que se siente la urgente necesidad de visitar con frecuencia,al principio ,la tumba del que partió... Luego,dolorosamente convencido de
    aquello,aceptamos
    la realidad,y, poco a poco,el tiempo,la vida con sus urgencias cotidianas, nos permiten mitigar la tragedia de la partida . Los recuerdos se van desdibujando hasta perderse en la bruma del olvido ...
    La muerte nos arrebata todo ...
    Con un lenguaje desprovisto de eufemismos, el autor nos habla de rigor mortis, fractura de cuerpo,ataúd,de la labor mecánica y desprovista de todo sentimiento de los sepultureros,de el número como única constatación que hubo un ser viviente allí...
    " Padre que no estás"... un acertado título que logra hacernos sentir la desoladora orfandad a la que nos remite la partida de los que amamos...
    Olvidamos casi todo...ya no duele ... pero el sentimiento amoroso permanecerá por siempre en nosotros ...¡Eso..la muerte no nos puede arrebatar ...!
    Un doloroso y realista trabajo.

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