domingo, 12 de agosto de 2018

ALAS AL AIRE COMO EN ÁFRICA


“Cada vez que un hombre es encadenado, 
nosotros estamos encadenados a él”

Albert Camus


Eran un hombre y una mujer. Yo llevaba un rato mirándolos moverse alrededor del catre de hospital mientras juntaban, lentos, el plato plástico, las tres cucharas, la ollita tiznada, su balde verde, y los metían al saco. Y los seguí mirando cuando la madre recogió su manta, sus tres camisetitas, sus trapos en un paquete que ataron para que la madre se lo pusiera en la cabeza. Pero me dolió ver al padre inclinarse sobre el catre, levantaba al niño, lo sostenía en el aire, lo miraba con una cara rara, extrañado, incrédulo, lo apoyaba en la espalda de su madre como se apoyan los niños chicos en África en las espaldas de sus madres, con las piernas y los brazos abiertos, el pecho del niño contra la espalda de la madre (como una pequeña mochila), la cara caía hacia uno de los lados. Su madre lo ató con una tela, como se atan los bebés en África al cuerpo de sus madres. El pequeño quedó en su lugar, listo para irse a casa, igual que siempre, muerto.




5 comentarios:

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  4. Un sentimiento de dolor no expresado
    verbalmente,impregna todo el relato.
    Colabora con ese sentimiento la descripción detallada y prolija de los utensilios y la ropa del bebé que
    guarda delicadamente y la ausencia de diálogo quefavorecen este ambiente de profundo y silente dolorde los padres
    ¡ Un hermoso y triste relato !

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