domingo, 5 de agosto de 2018

UN CUENTO CORTO – El niño lastimado



Nos acercamos a la bóveda donde yacía su cadáver y vimos cómo los sepultureros hacían el cambio de sus restos, desde la antigua a la nueva bóveda, pude ver su “noble calavera” y recorrieron mi piel extraños burbujeos, mis recuerdos olvidados corporizaron unas manos tiernas que me embriagaron de su olor. Delante mío y como posesionado de una alucinación anhelada simplemente ahí estaba, completo nuevamente, pero su carne se desintegró y solo quedó el presente con su insolente realidad. Salimos del lugar, un globo blanco y el regreso a la vida que por un momento se detuvo...

Solo un instante.   



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