“Cuando no puedo cantar a mi corazón,
solo puedo decir lo
que pienso.”
John Lennon
Canciones de izquierda
La música de izquierda se caracteriza por abrir en lugar de
cerrar, de plantear dudas o preguntas en lugar de certezas o juicios; las
sensaciones son preguntas. Las canciones de izquierda le cantan al más lejano
incluso y sobre todo cuando le hablan a la pareja. Es la pareja más lejana, más
extranjera, más desconocida de la que hablan las canciones de izquierda. No
cuentan el pequeño secreto privado mejor guardado. Abrir es eso. El umbral
político es claro en las sensaciones. Lo que explica que las grandes mayorías
disfruten de la mala música como si fuese la mejor, como si los liberase de
algo y los acercara a la felicidad. El poder, los poderes establecidos, que
dominan, que controlan, tienen siempre necesidad de un tipo de música para
mover a las masas. No se mueve un pueblo con colores. Es el sonido el que todo
lo atraviesa, tanto para bien como para mal. Técnicamente, una canción de
izquierda ofrece giros inesperados, melódicos, líricos o armónicos. Que escapan
a todo cliché y a todo lo ya hecho anteriormente. Las canciones de izquierda
también pueden ser malas e inconsistentes. Porque la consistencia es el
problema mayor de la composición.
Canciones de
derecha
Existe un
cancionero de derecha. Es generalmente con el que se bombardea desde las radios
y la TV, bajo control de algún multimedio. Es el que le sirve a los poderes
establecidos para cercar una sensibilidad mínima, que permita la tramposa idea
de libertad y expresión en la gente, pero a base de ritornelos limitados,
codificados, clasificados y redundantes. Lo propio de un ritornelo de derecha
es estar codificado y soportar un mínimo de movilidad que asegure la
ventilación interna del producto. Ese mínimo de movilidad será a su vez un
nuevo código que servirá de base para la imposición de un nuevo producto. El
bombardeo mediático de canciones mediocres o malas, son aprehendidas por las
masas, repetidas por ellas, puestas en circulación, imponiéndose a su vez como
ritornelos sociales. Es curioso como la música no elimina los malos ritornelos.
La publicidad trabaja usualmente con este tipo de canciones que apuntan desde
su concepción en definitiva al dinero y no al cerebro.
Estoy consciente que las canciones de derecha tienen en general, un fin comercial y que buscan adormecer sin plantear cuestionamientos de ningún tipo...
ResponderEliminarPor su parte , las de izquierda, teñidas de dolor casi siempre, plantean propósitos definidos:la búsqueda de justicia, la necesidad de libertad, la patria ausente etc.