El análisis de esta simple palabra está desbordada de estudios en el área
de la filosofía y la neurociencia. Pero particularizando de otra
forma,…cuál es la libertad que nos ofrece el neoliberalismo? La libertad es la
condición humana, libertad de acción, de pensamiento, de elección, sin
imposiciones ni impedimentos, sin embargo, la libertad nunca es absoluta.
En
ninguna parte del mundo los ciudadanos tienen libertad para no respetar la ley
por ejemplo. Desde el punto de vista político, el Estado, en una sociedad
democrática, es el primer poder que limita la libertad y a la vez la garantiza;
porque si no hay estado de derecho no hay libertad.
La libertad en sentido metafísico es la libertad de la voluntad, libertad
de querer absoluta, de elegir las propias opiniones. ¿Pero acaso somos libres
de elegir nuestras propias opiniones?, porque ”los hombres creen ser libres y
tener opiniones propias” dice Spìnoza, pero “no piensan por qué piensan como
piensan y por que desean o quieren lo que quieren”, porque la voluntad no puede
ser fruto del azar, sino de una causa.
La voluntad está determinada por el cerebro dicen los neurólogos, pero eso
no importa, porque ser libre es depender de lo que se es. Por lo tanto,
concluye Bergson, “libre es todo acto que surja del Yo” y que lleva la marca de
la persona; eso sería la espontaneidad de la voluntad. Yo quiero lo que quiero
y soy libre de quererlo.
La libertad es relativa si depende de mí Yo, o absoluta si el Yo depende de ella. Arthur Shopenhauer al respecto
dijo “solemos decir que la libertad es la conciencia lanzada a través de la existencia”,
o siguiendo a Kant: “...la libertad es la facultad de iniciar por sí mismo una
serie de cambios”. O bien como sentencia el controvertido Friedrich Nietzsche:
“El hombre es la criatura más libre que conozco…lástima que siempre lo
encuentre encadenado”.
Sin embargo, la libertad nunca es absoluta porque siempre existe algún
obstáculo.
¿Se puede ser verdaderamente libre?
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