“En todos
los patriotismos late una sombra de narcisismo. Quizás por eso, todos los patriotismos
parecen necesitar vestirse de atractivos uniformes.
"Los
años verdes"
Yukio
Mishima
“En el fondo
ha hecho bien matando a su familia, todas sus plegarias han sido atendidas. Se
habla de él, aparece en la televisión, van a escribir su biografía y su
historial de canonización va por buen camino.”
El
adversario
Emmanuel
Carrere
“Nunca es
triste la verdad
lo que no tiene es remedio.”
Sinceramente
Tuyo
Joan Manuel
Serrat
Cuando se observa
la condición humana, la primera clasificación que someramente se puede hacer se
relaciona con las zonas positivas y negativas, en este sentido me atrevo a
señalar que existen tres virtudes principales;
Bondad
Inteligencia
Fortaleza
Sin estas
zonas, no podríamos pensar en las demás, como la amistad, nobleza, valentía,
sinceridad, altruismo, responsabilidad, humildad, justicia, etc. Ahora bien, del
lado, el lado “oscuro”, los defectos humanos tienen un solo padre, el egocentrismo.
De esta condición surgen dos ramales, uno es la vanidad el exhibicionismo, narcisismo
y la otra rama va al orgullo, soberbia y manipulación.
De la unión
de estos dos ramales surgen vicios y defectos como cobardía, envidia,
hipocresía, crueldad, tiranía, violencia, falsedad, delincuencia, etc. Solo hay
que quitar la palabra egocentrismo para darnos cuenta que todas estas
definiciones desaparecen.
La idea que
se tiene de un defecto no es correcta, un defecto no es nada, es un vacío, un
hueco donde debiera haber una virtud;
Por lo que
cobardía, es el hueco donde tendría que estar la valentía.
Falsedad es
la ausencia de sinceridad.
O la
crueldad, la falta de bondad.
Un
egocéntrico no tiene que poseer tal cantidad de lacras, no es todo blanco o
negro, sino toda una gama de matices. Tal y como indica el nombre, la persona
egocéntrica cree que el mundo gira a su derredor o mejor aún, se erige en
instrumento de medida para comprender su entorno. La definición latina de “ego”
es “Yo”, la idea que el individuo tiene de sí mismo. El egocéntrico entiende su
entorno e incluso a sí mismo de manera indirecta, a través de un filtro que es
su “Yo”. Letal es que si ese “Yo” fuese perfecto, su visión también lo sería y que
cuanto más grande sea ese “Yo”, más denso será el filtro, aumentando el error
de las impresiones recibidas y las propias internas.
Las
estadísticas señalan que de cada 1000 personas, una se conoce a sí misma y de
las 999 restantes, el 90% se ha fabricado una imagen de sí mismo que excede su
competencia (en suma, un caldo de cultivo excelente para el egocentrismo). El
egocentrismo es lo más terrible que le puede suceder a la persona, para verlo
con mayor claridad, en vez de mencionar lo que es, diremos lo que no es,
humildad, empatía, amor, justicia, sencillez, inteligencia y fortaleza. Y si reconocemos
que el sentido de la vida es mejorar como persona, que alguien carezca de estas
“virtudes” o que las posea en poca cantidad, es algo terrible al ser y un freno
al progreso psicológico y espiritual.
Psicología
de la persona egocéntrica.
La persona
egocéntrica falla en lo fundamental para su propio desarrollo psicológico. No
es bondadoso/a aunque trabaje para mil instituciones de ayuda o voluntariados,
porque lo hace para seguir alimentando a su hijo más amado, su “Ego”. Cada bien
que realiza en sus semejantes, es por la satisfacción que le produce
equipararse con los demás y salir bien parado, porque ese es otro de sus
defectos, la envidia. Se pasa la vida queriendo conocerse a través de la imagen
que manda a los demás y la que éstos le devuelven, y como en este trasunto no
le salen las cuentas claras, ya que la gente ve de ellos lo que el propio
egocéntrico no ve, se enemista con los demás. El egocéntrico tiene poca
sabiduría, por eso lesiona lo mejor que tiene en la vida, el aprendizaje. Como
no pregunta, por creer que esto le rebaja, tampoco obtiene respuestas. La
verdad no se puede manipular, por eso, el egocéntrico, aunque lo intente, no
logra convencerse de estar tan alto como se ha subido, por otro lado, esto le
trae problemas con otras personas que no están dispuestas a darle un trato de
excelencia.
En el budismo
zen japonés, se compara a una persona orgullosa con un jarro lleno de aire que
se niega a marcharse del recipiente, imposibilitando que el conocimiento entre
en su interior. Eso es el “Ego”, aire que solo sirve para obstaculizar y lo más
patético, es que las personas egocéntricas, cuando sienten su querido Ego
amenazado, se revuelven ofendidas, ya que no admiten la más mínima crítica. Lo
más importante de las personas orgullosas, es mimar su Ego, por ese motivo su
capacidad de hacer una valoración psicológica de otra persona, es nula, ya que
no pueden colocarse en el puesto de otro, es contra natura a su manera de ser.
El hecho de enjuiciar el entorno de acuerdo a su regla de medida, que no es
otra que la dictaminada por su Ego, les convierte en ciegos y sordos, ya que
solo ven y oyen lo que les interesa. El ególatra con el fin de seguirse amando
a sí mismo y de paso ser instrumento de medida para todos los demás, no le
queda otro remedio que fabricarse un patrón de medidas, es decir una regla con
varios tipos de medida y según conveniencia, así aplica una u otra. Es curioso
que a los egocéntricos no le choque cambiar de actitud según necesidad y a la
vista de todos, menos a la suya, lo cual demuestra que de una forma u otra, el
orgulloso, tiene algo de hipócrita. Lo humano tanto en virtudes o ausencias, es
un continuo que va de un egocentrismo puro a su carencia. En el extremo
negativo tendríamos a todos los psicópatas, delincuentes, estafadores, etc. y del
otro a los filántropos, sabios y santos.
En síntesis,
un egocéntrico es una persona ridícula, ha creado una imagen de sí mismo falsa
que le impide ver y aprender, y de paso se pelea con quien intenta mostrarle la
verdad. Aspectos generales de cómo reconocer a un egocéntrico sin llegar a
tener trato con él:
Exclamaciones
como ¡Qué calor hace aquí!. Sin importarle lo más mínimo que los presentes
estén bien abrigados, a fin de cuentas él o ella son el termómetro.
En un atasco
piensan: ¿Cómo me ha podido suceder esto a mí?.
Frases como:
Con todo lo que hice por ti y así me lo pagas.
Utilización
abundante de Yo y Mí en las conversaciones y muy acentuado.
Incapacidad
de contar un suceso despersonalizado, todo empieza o acaba haciendo referencia
a ellos.
Exhibirse,
ya sea con ropa, posturas o de cualquier manera, el caso es no pasar
inadvertidos. Utilizar cualquier conversación para dirigirla hacia algo
importante de sus vidas, aunque esté fuera de lugar.
Hablar bien
de su familia ocultando de manera premeditada los aspectos negativos, a fin de
cuentas, su familia es prolongación suya.
Ser capaces
de opinar de cualquier tema, aunque lo desconozcan.
Si alguna
persona le hizo un mal, usando una metáfora veremos que si al egocéntrico le
rompieron un vaso, él le romperá dos, en cuanto pueda, a fin de cuentas, su
vaso era suyo y como tal, valía el doble que el de la otra persona.
Cuando alaba
a alguien es porque sabe que eso mismo lo hace él mejor, pero, cuando critica,
que es lo más habitual, está mostrando sin saberlo, todo lo que otras personas
pueden hacer mejor que él.
Tienen una
percepción exagerada sobre sus atributos y cualidades.
Confieren
una gran importancia al dinero y al poder.
Tienen sentimientos
de grandeza; están seguros de que en su vida lograrán grandes metas y objetivos.
Aunque
pueden gozar de habilidades sociales más que suficientes, acostumbran
a ser individuos más bien solitarios, ya que a menudo generan un cierto rechazo
social cuando las demás personas se percatan de su egolatría.
Suelen
mostrar un gran apego a todos los aspectos que refuercen su imagen de personas
exitosas.
Pueden
tender a la superficialidad, labrando amistades instrumentales que les permitan
alcanzar ciertos propósitos y ganar estatus.
Distorsionan
la realidad, y en algunos casos pueden tener dificultades para llevar a cabo un
análisis racional sobre su valía personal.
En algunos
casos, pueden ser personas con poca empatía, poco dispuestos a ofrecer
ayuda y soporte a otras personas.
No soportan
recibir críticas y se las toman como algo personal.
Pueden
tender a compararse constantemente con los demás, enfadándose si consideran que
alguien de menor valía que ellos están en un puesto de trabajo mejor o tienen
una vida más acomodada.
En ciertos
casos se percibe una tendencia al exhibicionismo, por ejemplo haciendo alarde
de logros materiales y económicos, como forma de reforzar su auto-percepción de
personas de gran valía y estatus social.
Este artículo hace una descarnada descripción de las personas egocéntricas. Además entrega una forma fácil de descubrir a ese tipo de personas... Detalla con detalle la forma de actuar y pensar de ellos .
ResponderEliminarPara mí, y concuerdo con el autor, una forma fácil de descubrir a un o una egocéntrica es el excesivo
" yoísmo " y la carencia abismante de autocrítica.
No obstante todo lo anterior, lo que más llamó mi atención fue el concepto de
" amistades instrumentales "
¿ Habrá mayor
vileza que servirse de una amistad para su propio beneficio?