domingo, 28 de abril de 2019

EGO

“En todos los patriotismos late una sombra de narcisismo. Quizás por eso, todos los patriotismos parecen necesitar vestirse de atractivos uniformes.

 "Los años verdes"
Yukio Mishima


“En el fondo ha hecho bien matando a su familia, todas sus plegarias han sido atendidas. Se habla de él, aparece en la televisión, van a escribir su biografía y su historial de canonización va por buen camino.”

El adversario
Emmanuel Carrere


“Nunca es triste la verdad 
lo que no tiene es remedio.”

Sinceramente Tuyo
Joan Manuel Serrat


Cuando se observa la condición humana, la primera clasificación que someramente se puede hacer se relaciona con las zonas positivas y negativas, en este sentido me atrevo a señalar que existen tres virtudes principales;

Bondad
Inteligencia
Fortaleza

Sin estas zonas, no podríamos pensar en las demás, como la amistad, nobleza, valentía, sinceridad, altruismo, responsabilidad, humildad, justicia, etc. Ahora bien, del lado, el lado “oscuro”, los defectos humanos tienen un solo padre, el egocentrismo. De esta condición surgen dos ramales, uno es la vanidad el exhibicionismo, narcisismo y la otra rama va al orgullo, soberbia y manipulación.
De la unión de estos dos ramales surgen vicios y defectos como cobardía, envidia, hipocresía, crueldad, tiranía, violencia, falsedad, delincuencia, etc. Solo hay que quitar la palabra egocentrismo para darnos cuenta que todas estas definiciones desaparecen.

La idea que se tiene de un defecto no es correcta, un defecto no es nada, es un vacío, un hueco donde debiera haber una virtud;
Por lo que cobardía, es el hueco donde tendría que estar la valentía.
Falsedad es la ausencia de sinceridad.
O la crueldad, la falta de bondad.

Un egocéntrico no tiene que poseer tal cantidad de lacras, no es todo blanco o negro, sino toda una gama de matices. Tal y como indica el nombre, la persona egocéntrica cree que el mundo gira a su derredor o mejor aún, se erige en instrumento de medida para comprender su entorno. La definición latina de “ego” es “Yo”, la idea que el individuo tiene de sí mismo. El egocéntrico entiende su entorno e incluso a sí mismo de manera indirecta, a través de un filtro que es su “Yo”. Letal es que si ese “Yo” fuese perfecto, su visión también lo sería y que cuanto más grande sea ese “Yo”, más denso será el filtro, aumentando el error de las impresiones recibidas y las propias internas.
Las estadísticas señalan que de cada 1000 personas, una se conoce a sí misma y de las 999 restantes, el 90% se ha fabricado una imagen de sí mismo que excede su competencia (en suma, un caldo de cultivo excelente para el egocentrismo). El egocentrismo es lo más terrible que le puede suceder a la persona, para verlo con mayor claridad, en vez de mencionar lo que es, diremos lo que no es, humildad, empatía, amor, justicia, sencillez, inteligencia y fortaleza. Y si reconocemos que el sentido de la vida es mejorar como persona, que alguien carezca de estas “virtudes” o que las posea en poca cantidad, es algo terrible al ser y un freno al progreso psicológico y espiritual.


Psicología de la persona egocéntrica.
La persona egocéntrica falla en lo fundamental para su propio desarrollo psicológico. No es bondadoso/a aunque trabaje para mil instituciones de ayuda o voluntariados, porque lo hace para seguir alimentando a su hijo más amado, su “Ego”. Cada bien que realiza en sus semejantes, es por la satisfacción que le produce equipararse con los demás y salir bien parado, porque ese es otro de sus defectos, la envidia. Se pasa la vida queriendo conocerse a través de la imagen que manda a los demás y la que éstos le devuelven, y como en este trasunto no le salen las cuentas claras, ya que la gente ve de ellos lo que el propio egocéntrico no ve, se enemista con los demás. El egocéntrico tiene poca sabiduría, por eso lesiona lo mejor que tiene en la vida, el aprendizaje. Como no pregunta, por creer que esto le rebaja, tampoco obtiene respuestas. La verdad no se puede manipular, por eso, el egocéntrico, aunque lo intente, no logra convencerse de estar tan alto como se ha subido, por otro lado, esto le trae problemas con otras personas que no están dispuestas a darle un trato de excelencia.
En el budismo zen japonés, se compara a una persona orgullosa con un jarro lleno de aire que se niega a marcharse del recipiente, imposibilitando que el conocimiento entre en su interior. Eso es el “Ego”, aire que solo sirve para obstaculizar y lo más patético, es que las personas egocéntricas, cuando sienten su querido Ego amenazado, se revuelven ofendidas, ya que no admiten la más mínima crítica. Lo más importante de las personas orgullosas, es mimar su Ego, por ese motivo su capacidad de hacer una valoración psicológica de otra persona, es nula, ya que no pueden colocarse en el puesto de otro, es contra natura a su manera de ser. El hecho de enjuiciar el entorno de acuerdo a su regla de medida, que no es otra que la dictaminada por su Ego, les convierte en ciegos y sordos, ya que solo ven y oyen lo que les interesa. El ególatra con el fin de seguirse amando a sí mismo y de paso ser instrumento de medida para todos los demás, no le queda otro remedio que fabricarse un patrón de medidas, es decir una regla con varios tipos de medida y según conveniencia, así aplica una u otra. Es curioso que a los egocéntricos no le choque cambiar de actitud según necesidad y a la vista de todos, menos a la suya, lo cual demuestra que de una forma u otra, el orgulloso, tiene algo de hipócrita. Lo humano tanto en virtudes o ausencias, es un continuo que va de un egocentrismo puro a su carencia. En el extremo negativo tendríamos a todos los psicópatas, delincuentes, estafadores, etc. y del otro a los filántropos, sabios y santos.

En síntesis, un egocéntrico es una persona ridícula, ha creado una imagen de sí mismo falsa que le impide ver y aprender, y de paso se pelea con quien intenta mostrarle la verdad. Aspectos generales de cómo reconocer a un egocéntrico sin llegar a tener trato con él:
Exclamaciones como ¡Qué calor hace aquí!. Sin importarle lo más mínimo que los presentes estén bien abrigados, a fin de cuentas él o ella son el termómetro.
En un atasco piensan: ¿Cómo me ha podido suceder esto a mí?.
Frases como: Con todo lo que hice por ti y así me lo pagas.
Utilización abundante de Yo y Mí en las conversaciones y muy acentuado.
Incapacidad de contar un suceso despersonalizado, todo empieza o acaba haciendo referencia a ellos.
Exhibirse, ya sea con ropa, posturas o de cualquier manera, el caso es no pasar inadvertidos. Utilizar cualquier conversación para dirigirla hacia algo importante de sus vidas, aunque esté fuera de lugar.
Hablar bien de su familia ocultando de manera premeditada los aspectos negativos, a fin de cuentas, su familia es prolongación suya.
Ser capaces de opinar de cualquier tema, aunque lo desconozcan.
Si alguna persona le hizo un mal, usando una metáfora veremos que si al egocéntrico le rompieron un vaso, él le romperá dos, en cuanto pueda, a fin de cuentas, su vaso era suyo y como tal, valía el doble que el de la otra persona.
Cuando alaba a alguien es porque sabe que eso mismo lo hace él mejor, pero, cuando critica, que es lo más habitual, está mostrando sin saberlo, todo lo que otras personas pueden hacer mejor que él.
Tienen una percepción exagerada sobre sus atributos y cualidades.
Confieren una gran importancia al dinero y al poder.
Tienen sentimientos de grandeza; están seguros de que en su vida lograrán grandes metas y objetivos.
Aunque pueden gozar de habilidades sociales más que suficientes, acostumbran a ser individuos más bien solitarios, ya que a menudo generan un cierto rechazo social cuando las demás personas se percatan de su egolatría.
Suelen mostrar un gran apego a todos los aspectos que refuercen su imagen de personas exitosas.
Pueden tender a la superficialidad, labrando amistades instrumentales que les permitan alcanzar ciertos propósitos y ganar estatus.
Distorsionan la realidad, y en algunos casos pueden tener dificultades para llevar a cabo un análisis racional sobre su valía personal.
En algunos casos, pueden ser personas con poca empatía, poco dispuestos a ofrecer ayuda y soporte a otras personas.
No soportan recibir críticas y se las toman como algo personal.
Pueden tender a compararse constantemente con los demás, enfadándose si consideran que alguien de menor valía que ellos están en un puesto de trabajo mejor o tienen una vida más acomodada.
En ciertos casos se percibe una tendencia al exhibicionismo, por ejemplo haciendo alarde de logros materiales y económicos, como forma de reforzar su auto-percepción de personas de gran valía y estatus social.

1 comentario:

  1. Este artículo hace una descarnada descripción de las personas egocéntricas. Además entrega una forma fácil de descubrir a ese tipo de personas... Detalla con detalle la forma de actuar y pensar de ellos .
    Para mí, y concuerdo con el autor, una forma fácil de descubrir a un o una egocéntrica es el excesivo
    " yoísmo " y la carencia abismante de autocrítica.
    No obstante todo lo anterior, lo que más llamó mi atención fue el concepto de
    " amistades instrumentales "
    ¿ Habrá mayor
    vileza que servirse de una amistad para su propio beneficio?

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