“La política
es el arte de servirse de los hombres
haciéndoles creer que se les sirve a
ellos.”
Louis Dumur
“El político
es un actor, a veces cómico,
a veces dramático, pero siempre hipócrita.”
Carl
William Brown
“Los
políticos son siempre iguales.
Prometen construir un puente incluso donde no
hay río.”
Nikita
Serguéyevich Jrushchov
“Si un
partido político se atribuye el mérito de la lluvia,
no debe extrañarse de que
sus adversarios
lo hagan culpable de la sequía.”
Dwight
Whitney Morrow
En los últimos años se ha producido en Chile una evidente
desafección de la ciudadanía hacia la “clase” política. Diferentes encuestas
dan cuenta de una creciente desconfianza de los ciudadanos hacia quienes
realizan la actividad política y hacia las instituciones políticas en general. Conjuntamente
con ello, las cifras de participación electoral también indican una retracción
de los ciudadanos de la esfera pública, esto se refleja en el marcado descenso
en la conducta de voto, que constituye la mayor caída de participación
electoral entre las democracias del mundo.
Un 86% de la población en edad de votar ejerció su derecho a
sufragio en 1989, mientras que este porcentaje fue de solo un 49,3% en la
última elección presidencial (2017). Esta baja en la conducta de voto se
expresa en mayor grado en los segmentos jóvenes de la población, lo que se
manifiesta en la escasa renovación del padrón electoral hasta el año 2012 cuando
es implementada la inscripción automática y el voto voluntario, y en los bajos
niveles de participación de los jóvenes en las elecciones realizadas desde
entonces. La emisión de sufragios no es la única forma de participación política.
La disminución de la participación en procesos electorales y partidistas en las
últimas décadas ha ido acompañada de un aumento en otras formas de
participación política menos estructuradas o permanentes, como las protestas o
la participación en organizaciones, que buscan una influencia más directa en
los procesos políticos o sociales.
En este contexto, MIDE Sociedad desarrolló la encuesta Foco
Ciudadano que se aplicó en hogares a una muestra probabilística de 1.300
personas de 18 años a 64 años. El objetivo de esta encuesta consistió en
indagar de forma detallada los diferentes tipos de participación política de
los chilenos y chilenas, y cómo esta conducta de participación se relaciona con
diferentes manifestaciones de descontento respecto al funcionamiento de nuestro
sistema político. Para ello, además de la conducta de voto en elecciones
presidenciales, parlamentarias y municipales, se consideró también distintos
tipos de acciones colectivas: participación en marchas o en otras actividades
de organizaciones y movimientos políticos; acciones enfocadas en el contacto
con representantes políticos, tales como firmar cartas de apoyo a causas
sociales y políticas, contactar parlamentarios, alcaldes o concejales; y
acciones de participación en redes sociales, lo que incluye tanto internet
(Facebook, Twitter y otros), como conversaciones para convencer de una posición
política a familiares o amigos. Respecto del descontento, la encuesta se basó
en tres aspectos que describen las opiniones de las personas hacia el sistema
político actual:
1.- La percepción de qué tan generalizada se encuentra la
corrupción y el soborno en el país.
2.- La percepción de la necesidad de cambios radicales en el
sistema político chileno producto de su mal funcionamiento.
3.- El cinismo político, que se refiere a la percepción de
que los políticos buscan beneficios personales y para ciertos grupos de poder,
en desmedro del bien común de los ciudadanos.
Más allá de describir los niveles generales de participación
que resultaron ser muy bajos y los niveles generales de descontento que fueron
muy altos, el interés se enfocó en explorar los distintos grupos sociales que
se conforman a partir de la reacción de las personas frente al funcionamiento
actual del sistema político chileno, y qué factores psicológicos y
socio-demográficos se asocian con un mayor o menor descontento, y con una mayor
o menor participación en la vida política nacional.
Para responder a este objetivo se aplicó una técnica
estadística que permite identificar grupos a partir de los indicadores de
participación y descontento indicados anteriormente. Los resultados de este
análisis representan las cuatro combinaciones posibles entre niveles más altos
o más bajos de participación, y niveles más altos o más bajos de descontento
con el sistema político.
Desilusionados retraídos
La mayoría
de los participantes (53%) se ubica en este grupo, que consiste en personas que
reportan niveles prácticamente nulos de participación política, pero al mismo
tiempo tienen niveles muy altos de descontento, llegando casi a los valores más
altos de la escala que mide la percepción de corrupción, la necesidad de cambio
y el cinismo político.
Conformistas retraídos
Grupo en
términos de frecuencia (32%) puede ser descrito como más conforme con el
sistema político actual. Al igual que el grupo anterior, los niveles de
participación son muy bajos; pero sus niveles de descontento son un poco más
moderados. Perciben que efectivamente existe corrupción, y muestran niveles por
sobre el punto medio de la escala en cinismo, pero no sienten que el sistema
político requiera mayores cambios.
Desilusionados rebeldes
Los
integrantes de este grupo (12%) tienen también niveles muy altos de desencanto
con el sistema político, lo que los asemeja a los desilusionados retraídos;
pero a diferencia de ellos, este grupo tiene altos niveles de participación
política de todo tipo: a través de acciones colectivas, del contacto con
representantes políticos y a través de sus redes sociales.
Conformistas integrados
Solo unas
pocas personas fueron categorizadas en este grupo (3%), que se caracteriza por
niveles bajos de descontento y altos niveles de participación, especialmente a
través del contacto con representantes políticos. La percepción de la necesidad
de cambiar el sistema también los diferencia de los otros grupos, ya que solo
en ellos se encuentra por debajo del punto medio de la escala.
Para lograr
una mejor comprensión de la participación y cultura política, es fundamental separar
los distintos perfiles de participación y las distintas opiniones que tienen
las personas sobre el funcionamiento del sistema político. Por ejemplo, la
participación del grupo llamado desilusionados rebeldes no es igual que la
participación de los conformistas integrados; probablemente tiene otros
objetivos y responde también a distintas razones psicológicas y sociales. Lo
mismo ocurre con los desilusionados retraídos y sus diferencias con los
conformistas retraídos; quizás la falta de participación de estos últimos
responde simplemente a una menor percepción de necesidad de cambio, mientras
que los desilusionados retraídos pueden sentir que su participación sería poco
efectiva.
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