“La calle que rumorea sin tregua día y noche, se halla estrechamente
vinculada al alma contemporánea, como las primeras notas de una obertura cuando
el telón del teatro, lleno de misterio y tinieblas, no se ha levantado aún,
pero ya inciden sobre él las luces de los focos. La ciudad que rumorea y
resuena incesantemente, sin tregua, al otro lado de las puertas y las ventanas,
es para cada uno de nosotros la gran obertura de la vida.”
Borís Pasternak
Podrías venir y
traerme canciones, de esas que tú sabes que me hacen falta.
O si quieres tráeme
un libro de poesía, sería grandioso pintar los versos.
Algo de incienso.
Una pluma de ganso.
¿Podrías llegar temprano?,
aunque fuera casi nada.
¿Podrías venir y
quedarte?
Y recuerda, no es
necesario que hables.
Y así acompañes mi
tiempo, en silencio, para que ningún ruido desarme el aire laminar que choca
con mi cabeza afiebrada.
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