viernes, 15 de marzo de 2019

SAVANT O IDIOT SAVANT

“La palabra no es más que la reproducción en sonidos de un estímulo nervioso.” 

Opúsculo Sobre la verdad y la mentira en sentido extramoral
Friedrich Nietzsche



La primera descripción data de 1789 y la realizó Benjamín Rush, psiquiatra americano, al narrar las habilidades de uno de sus pacientes. El síndrome de savant o idiot savant, Thomas Fuller, capaz de calcular en segundos la edad de una persona. Casi cien años después, J. Langdon Down, el descubridor del síndrome fenotipo de la trisomía 21, acuñó el término idiot savant , que terminó siendo poco aceptado por las diferencias obtenidas de estos pacientes en el cociente de inteligencia (CI), ya que los idiotas se considera que poseen un CI inferior a 25, mientras que se han descrito pacientes con síndrome de savant con un CI entre 50, 70 y 120. Desde que Down describió el síndrome en 10 pacientes, hasta la actualidad, se han descrito casi 100 casos en la literatura. En los últimos 10 años se recogen más de 30 artículos que describen las habilidades de estos pacientes, como gran capacidad para el cálculo, habilidades artísticas en el dibujo, la escultura, la música y la poesía, memorias selectivas prodigiosas o hipermnesias y extraordinarias habilidades en el dibujo tridimensional, entre otras. Constatan en estos trabajos que los pacientes presentan un déficit importante en las habilidades propias del hemisferio izquierdo (HI), de aspecto lógico y simbólicas, así como de especialidades lingüísticas, y presentan aumentadas las habilidades propias del hemisferio derecho (HD), como las artísticas no simbólicas, habilidades visuales y motoras, habilidades para las artes plásticas y la música; asimismo, llama, la atención la capacidad para el cálculo y las matemáticas en general y otras habilidades de aspecto mecánico y de destreza espacial.

Al igual que el diagnóstico del autismo y los síndromes dentro del espectro autista, el diagnóstico del SS es de tipo clínico y no existe un consenso universal en cuanto a su prevalencia. Según los criterios de la Asociación Americana de Psiquiatría, la prevalencia del autismo es de uno en mil (1/1.000) y en un estudio realizado en Japón se ha visto que la incidencia es aproximadamente de 8/10.000. En el SS, con respecto al autismo, sería de 1/10, y de uno de cada 1.000 individuos que tienen dañado el cerebro o padecen retraso mental. Lo mismo, y en proporciones parecidas, ocurre con el sexo; para el autismo, la proporción es de 3-4 niños por 1 niña, aunque esta relación es más baja en pacientes con retraso mental agudo; por el contrario, es más alta en los que presentan un CI alto. Esta mayor afectación de varones que de mujeres para el autismo y el SS ha permitido elaborar teorías que se comentarán en el apartado de fisiopatología del SS.

Los pacientes que sufren el SS son autistas o padecen un trastorno del espectro autista, o bien se considera que han sufrido un trastorno del desarrollo, presentan retraso mental de diversa consideración o daño cerebral de diversa etiología en el hemisferio cerebral izquierdo. Su clínica se caracteriza por poseer un repertorio limitado de habilidades, que generalmente corresponden al HD; estas habilidades difieren de las que se asientan en el HI, que se encuentran alteradas. Por ello se le da al paciente la denominación “idiota sabio”, pues se encuentra francamente discapacitado en el HI y es sabio para el HD; esta situación muestra características parecidas a la que ocurre en la demencia frontotemporal en los pacientes preseniles, aunque no es así respecto a la memoria; estas peculiaridades se describirán en cada caso más adelante, cuando se exponga la fisiopatología de ambos síndromes.

Habilidades
Musicales: Parecen músicos de carrera, cuando en realidad lo son de oído y, sin ninguna clase de estudios, son capaces de entonar canciones perfectamente, así como interpretar piezas musicales con asombrosa facilidad; pueden llegar a dominar varios instrumentos musicales con una facilidad sorprendente, como la guitarra, la trompeta, el contrabajo, el violín y, sobre todo, el piano, con el que llegan a crear composiciones propias de gran contenido artístico.

Artes plásticas: En esta vertiente, se expresan muy bien los savants con el dibujo, la pintura en sus diversas técnicas y también la escultura. Son capaces de plasmar en sus obras un gran detallismo. Un ejemplo conocido de estas habilidades es el escocés Richart Wawro, descubierto en la escuela especial, cuando coloreaba con lápices de cera. En una exposición que realizó antes de los 18 años, dejó atónitos a profesores de bellas artes. Se le conoce por todo el mundo como “el autista pintor”.

Cálculo y matemáticas: Son las habilidades más espectaculares y frecuentes en el SS; sus estrategias matemáticas en el cálculo de los calendarios se conoce bien y puede darse en todo el espectro del SS. El caso más conocido es el de Kim Peek, llamado también la enciclopedia ambulante; en su currículum de habilidades consta que se sabía de memoria ciertas peculiaridades de más de 5.000 libros. Actúa como un aparato GPS de un moderno automóvil, pues informa a quien se lo pide de las carreteras que entran y salen de cada ciudad, pueblo o condado de EE.UU.; es también una agenda viviente para informar sobre los códigos telefónicos, distritos postales, emisoras y canales de televisión, así como de las redes de teléfono de que dispone su país. La otra cara de la moneda, o mejor dicho, del otro hemisferio cerebral, es que Kim sufre serias limitaciones para controlar sus necesidades básicas, y en la actualidad precisa la ayuda de su padre. Las habilidades de Kim Peek recorrieron todo el mundo a través del personaje de Raymond Babbit, magistralmente interpretado por Dustin Hoffman en la conocida película Rain Man; por cierto, Rain Man (hombre de la lluvia).


Obras
Stephen Wiltshire dibuja ciudades desde la mirada del síndrome del Sabio, las formas de su ciudad natal, Londres. Su mente guarda detalles y formas increíblemente precisas, este dibujo lo hizo solo con mirar Londres algunos minutos desde un helicóptero. 
       

Stephen Wiltshire


     Obra de Maria Iliou 


Obra de Joseph Cartin 






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