“Las emociones son
contagiosas. Todos lo conocemos por experiencia.
Después de un buen café con un
amigo, te sientes bien.
Cuando te toca un recepcionista mal educado en una
tienda,
te vas sintiéndote mal.”
Aun cuando las máquinas
puedan sobrepasar al hombre en sus rendimientos lógicos-matemáticos, no podrán
conocer jamás las conmovedoras experiencias del amor, de la alegría, de la
tristeza…
La vida emocional del
hombre, a pesar de ser la manifestación más notoria de su conducta, continúa
siendo un enigma que desafía los avances sorprendentes de la ciencia. Y mientras;
por lo mismo, cualquier intento que se
haga para modelarla matemáticamente, será un fracaso si este no contempla el
total y acabado conocimiento de ella, algo que por el momento parece
imposible.
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