viernes, 15 de febrero de 2019

EDIPO, FREUD Y EL DESTINO

“Solo a través de la alegría y la tristeza, 
una persona sabe algo de sí misma y de su destino"

Goethe


Edipo cae bajo el peso de una maldición que inicialmente hace de él la marioneta de un destino que ignora. Si bien y evidentemente Edipo no conocía el mensaje freudiano, eso no le impide ser responsable y culpable. No sabía, pero no saberlo no le impedía quererlo.




La infelicidad, los avatares de la vida, la repetición de los sucesos, empujan a los seres humanos a pensar que las cosas están tramadas, y que en alguna parte hay “un mal de ojo”, no se cree en el azar. El sujeto no le otorga un gran lugar al azar, pero sí “un casi religioso” al destino.

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