“El hambre suele producir poemas inmortales.
La abundancia, únicamente indigestiones y torpezas”
La abundancia, únicamente indigestiones y torpezas”
Hippolyte Taine
Los huevos son uno de los alimentos fundamentales en la alimentación de miles de millones de personas. Los hay de varios animales y tipos, pero en el consumo habitual nos topamos con yemas de diferentes colores y tonos, no todas las yemas tienen el mismo color, unas son amarillas, amarillas clara u oscuras o anaranjadas en distintas tonalidades.
A veces un naranja que parece
rojo hace pensar que cuanto más intenso y oscuro sea el color, más nutritivo es
el huevo, pero eso no tiene por qué ser verdad.
En realidad, detrás de este
pensamiento hay mucho de marketing y poco de realidad. La coloración de la
yema del huevo no lo hace más nutritivo ni depende del tipo de gallina u
otro animal, sino del tipo de alimento que coma y del color del mismo.
La alimentación de la gallina, el viejo truco para
modificar el color
La yema varía de color en función de los pigmentos
liposolubles (que se disuelven en grasa) presentes en la alimentación del
animal. No obstante, como los consumidores suelen preferir las yemas de color
naranja intenso, es habitual aumentar artificialmente la cantidad de pigmentos
que se les proporcionan.
Por ejemplo, cuando se
alimenta a base de maíz a las aves, los huevos suelen tomar una coloración
amarilla oscura. Lo mismo ocurre con las zanahorias, que "tiñen" los
huevos de naranja.
Aunque el color de la yema no
modifica sus valores nutricionales, tal vez podríamos decir que cuanto más
intenso es el mismo, más sabroso es el sabor. Eso hace que los huevos de
gallinas que comen maíz estén mucho más cotizados, al igual que los de las
gallinas llamadas camperas, aunque nutricionalmente sean iguales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario