sábado, 16 de febrero de 2019

YEMAS AMARILLAS Y ANARANJADAS

“El hambre suele producir poemas inmortales. 
La abundancia, únicamente indigestiones y torpezas” 

Hippolyte Taine


Los huevos son uno de los alimentos fundamentales en la alimentación de miles de millones de personas. Los hay de varios animales y tipos, pero en el consumo habitual nos topamos con yemas de diferentes colores y tonos, no todas las yemas tienen el mismo color, unas son amarillas, amarillas clara u oscuras o anaranjadas en distintas tonalidades.


A veces un naranja que parece rojo hace pensar que cuanto más intenso y oscuro sea el color, más nutritivo es el huevo, pero eso no tiene por qué ser verdad.
En realidad, detrás de este pensamiento hay mucho de marketing y poco de realidad. La coloración de la yema del huevo no lo hace más nutritivo ni depende del tipo de gallina u otro animal, sino del tipo de alimento que coma y del color del mismo.

La alimentación de la gallina, el viejo truco para modificar el color
La yema varía de color en función de los pigmentos liposolubles (que se disuelven en grasa) presentes en la alimentación del animal. No obstante, como los consumidores suelen preferir las yemas de color naranja intenso, es habitual aumentar artificialmente la cantidad de pigmentos que se les proporcionan.
Por ejemplo, cuando se alimenta a base de maíz a las aves, los huevos suelen tomar una coloración amarilla oscura. Lo mismo ocurre con las zanahorias, que "tiñen" los huevos de naranja.

Aunque el color de la yema no modifica sus valores nutricionales, tal vez podríamos decir que cuanto más intenso es el mismo, más sabroso es el sabor. Eso hace que los huevos de gallinas que comen maíz estén mucho más cotizados, al igual que los de las gallinas llamadas camperas, aunque nutricionalmente sean iguales.


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