“No viven las hojas a expensas de los frutos,
son los frutos los que viven a expensas de las hojas.
Nacen primero ellas
y de
la luz y el aire llévenles el jugo…”
Pedro Prado
El padre tóxico, lejos de fomentar una madurez
personal y una seguridad en sus hijos con la cual, poder crecer sanamente en el
mundo, no hace más que anclar pesadas cadenas vetando por completo la
independencia física y emocional de esa persona.
Los niños, hijos de “padres tóxicos”, explica la psicóloga
norteamericana Susan Forward quién
acuño el término en su libro “Padres que odian”, serán adultos con baja
autoestima, inseguros, sumisos y emocionalmente inestables.
Hay padres que ejercen su paternidad de diferentes
formas. Los clásicamente denominados autoritarios, aquellos de estilo laissez affaire, los de estilo democrático y los que
“viven por y para sus hijos”, los sacrificados, que necesitan ser necesitados, los
resultados de una figura paterna sobreprotectora y sufridora se concretan en
hijos dependientes, con baja autoestima.
Existen varios perfiles de padres tóxicos
Padres autoritarios y descalificadores que actúan
desde el “yo exijo”: Crean hijos sumisos y excesivamente complacientes. Los
hijos repiten ese patrón de vínculo y lo trasladan a otras figuras de autoridad
(profesores, jefes, esposas o maridos) con los que repetirán la misma forma de
relacionarse, es decir, desde la sumisión. En el caso de hijas, estas como
adultas, serán mujeres en extremo complacientes, incluso obviando sus propias
necesidades.
Padres culpabilizadores: Actúan no desde el "yo
exijo" sino desde el "yo te suplico", es decir, actúan desde el
chantaje sentimental, para que sus hijos tomen determinadas decisiones y
continúen respondiendo a sus requerimientos. En el futuro sus hijos tendrán
conflictos con sus parejas debido a la intromisión periódica de estos padres en
sus vidas, y les será muy difícil crear vínculos afectivos estables.
Padres de Pulgarcita: Estas son las mamás intrusivas
y sobreprotectoras que se niegan a que
su hijo crezca: En lugar de acompañar su desarrollo, están constantemente
supervisándoles, espían su cuenta de correo o de redes sociales, se hacen
“compinches” de sus amigos y suelen generar en sus hijos e hijas un sentimiento
de inferioridad que los acompaña hasta la edad adulta.
Padastros de Blancanieves: madres competitivas
respecto a sus hijas, que se visten como ellas e intentan incluso seducir a sus
amigos. La hija suele desarrollar problemas de peso y se convierte en una chica
muy tímida en un intento inconsciente de satisfacer a la madre y no brillar más
que ella y déspota. Cree que sus hijos le deben todo cuánto son y exige que
estén a su servicio.
¡ No cabe duda que ser padre es una tarea ardua y delicada !
ResponderEliminarEl autor nos invita a una serena reflexión sobre la forma cómo abordamos la crianza de nuestros hijos.
La nota explicita los diversos tipos de padres que creyendo hacerlo...bien han dañado a sus hijos que salen al mundo como seres débiles, autoflagelantes , inseguros, incapaces de amar a otros que no sea a sí mismo,
imposibilitados para resolver sus problemas cotidianos...
La buena crianza
supone permitir el desarrollo del hijo para poder enfrentar cada problema que la vida le presente,dotado de la certeza de sentirse amado por su familia...Pero la buena crianza de un hijo no se agota en sí mismo: supone también el poder
mirar a otros teniendo la firme convicción que tiene los mismos derechos que él y
que, por lo tanto, es digno de respeto.
Cuando hemos criado a un hijo consciente de sus
fortalezas y debilidades para fortalecer las primeras y corregir las segundas;cuando lo hacemos consciente que también la naturaleza merece nuestro respeto y atención;cuando tiene una definida percepción de su identidad que le permite expresarse con autonomía, sin olvidar la autocrítica y la tolerancia , cuando hemos enseñado que el amor es la brújula que guiará nuestra vida ... debemos pensar, me parece a mí, que lo hemos hecho bien,
¡que la tarea está cumplida...!