lunes, 25 de febrero de 2019

EL ORDEN PATERNAL ROMANO

“Seguirá esta historia, seguirá este orden
Porque Dios así lo quiso, ¡porque Dios también es hombre!”

Corazones rojos - Los Prisioneros



El padre como tal estaba investido de funciones disciplinarias que competían con el castigo penal. Los hijos eran ciudadanos de segunda clase, les faltaba ser sujetos de pleno derecho al estar siempre dependientes de la voluntad paterna. De hecho, en el derecho romano llama la atención que un muchacho permanecía bajo la autoridad del padre y no se convertía en ciudadano con todos los derechos más que a la muerte del padre; más aún, su padre era su juez natural y podía condenarlo incluso a muerte mediante sentencia privada. Psicológicamente la situación de un adulto cuyo padre vivía debía ser insoportable; no podía hacer nada sin el consentimiento paterno, ni cerrar un contrato, ni liberar un esclavo, ni decidir, ni hacer una carrera. Era una especie de esclavitud, que podía explicar en parte la obsesión por el parricidio en la época.

Esta figura paterna asociada a Roma y a un poder prácticamente absoluto, no se ha eliminado con el paso de los siglos, dejando huellas duraderas en muy distintos lugares y en distintas épocas.

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